El Ayuntamiento de Agaete rehabilitará el Molino de Abajo en El Sao

Manuel González ha cedido el molino de agua de El Sao, construido en 1913, para “recuperar la historia que acompaña a los molinos de agua, como esas tertulias durante la espera del turno para moler el grano y que podían durar hasta varios días”.

El Ingenio Azucarero de Las Candelarias, primero de Canarias, también está en el objetivo del grupo de Gobierno como oferta cultural y turística para los próximos años 

El pueblo de Agaete y sus visitantes podrán conocer parte de la historia reciente de un municipio rico en patrimonio histórico gracias a la rehabilitación del Molino de Abajo que llevará a cabo el Ayuntamiento de Agaete gracias a la cesión realizada por su propietario, Manuel González.

Así lo ha anunciado el primer teniente alcalde y concejal de Educación, Sebastián Suárez, durante la visita que ha realizado los alumnos del IES Agaete Pepe Dámaso a los molinos de agua situados en el barrio de El Sao. Esta visita se enmarca dentro del proyecto educativo sobre el cuidado y conservación, historia, usos, fuentes de obtención y formas de almacenamiento del agua en Agaete, en colaboración entre el Ayuntamiento y la empresa responsable del servicio municipal de aguas, Aqualia.

Sebastián Suárez ‘Chani’, ha agradecido el gesto desinteresado del propietario del Molino de Abajo, Manuel González, en beneficio para el pueblo de Agaete. Por lo que “la intención del Ayuntamiento es rehabilitarlo, devolverle el uso de antaño y que las generaciones venideras conozcan de primera mano los diferentes usos del agua, como la capacidad mecánica para mover los molinos”.

De igual manera, el teniente alcalde ha recordado que el Ayuntamiento, junto a la rehabilitación del Molino de Abajo, tiene por objetivo recuperar el Ingenio Azucarero situado en la zona de Las Candelarias, primera instalación de estas características construida en Canarias para la elaboración de azúcar.

Manuel González ha subrayado lo importante que es “recuperar la historia que acompaña a los molinos de agua, como esas tertulias durante la espera del turno para moler el grano y que podían durar hasta varios días”.

Como parte de esa historia social de la Villa, relató al alumnado del IES Agaete Pepe Dámaso, cómo las vecinas de Las Nieves salían a las cuatro de la madrugada de sus casas para venir a El Sao para recoger las hojas de ñameras y bajar hasta la costa para cubrir las sardinas que al día siguiente tomarían la ruta de vuelta hasta la montaña, “puesto que eran las que mejor protegían y conservaban las sardinas”.

Allí las vendían o cambiaban por harina, papas y otros productos de la huerta. “Así que, acuérdense del tremendo esfuerzo que hacían las sardineras de Las Nieves, cada vez que sus padres les pidan hacer algo y ustedes digan que están cansados, espetó Manuel González con sonrisa socarrona”.

Hasta la década de los años sesenta del pasado siglo XX, los molinos de agua de El Sao, como el Molino de Abajo, construido en el año 1913, recibían un caudal de hasta 45 litros por segundo procedente del Naciente Grande. Esa potencia permitía mover las aspas que era transmitida a las piedras de moler, “normalmente de Arucas -recordó González-” y que realizaban la molienda de los granos, eminentemente millo, pero también otros cereales procedentes de la zona alta de la Isla como Artenara o Tejeda.

En la actualidad, llegan entorno a los tres litros por segundo, debido a la bajada drástica de la capa freática en toda la Isla “por la construcción de pozos que han roto los espacios donde se almacenaba y corría el agua”, según ha explicado, Emilio Rosario, el último molinero de El Sao, propietario del Molino de en Medio, que dejó la actividad hace más de cuarenta años.