En el nombre de la inclusión

Llevo tiempo queriendo escribir de un tema, que para algunos es la base de la igualdad en la sociedad y para otros, una plataforma para salir al escenario, con luces y protagonismos innecesarios.

Para comenzar,  la inclusión,  busca lograr que todos los individuos o grupos sociales, sobre todo aquellos que se encuentran en condiciones de segregación o marginación, puedan tener las mismas posibilidades y oportunidades para realizarse como individuos. Por lo tanto, la inclusión es un tema que nos atañe a todos y a todas. Buscamos el respeto hacia las personas, su vida, forma de pensar y llegar al punto, donde se logré encontrar una sociedad que no discrimine, que no aparte y que no etiquete, porque aunque suene reiterativo, somos personas, no objetos a clasificar en un supermercado.

Pocas personas, valoran el significado de inclusión, todo lo que esa palabra es y puede representar, es el cambio que necesita dar la sociedad, para despertar y dejar las diferencias a un lado. Pero lamentablemente, tengo que decir que de esa bella palabra, nacen personas que van recorriendo el mundo, con la boca abierta predicando que son ejemplo de “algo” que ni siquiera saben explicar, entender y mucho menos interpretar. La inclusión no es un hashtag para Instagram o para ponerlo en tus perfiles sociales.

La inclusión se hace real con actos, que acompañen respeto, diversidad, apoyo, empatía, justicia y valores humanos, y encima leyes que remarcan que la inclusión es un deber. Es sencillo, sentarse y hablar de algo injusto que ocurre, queda genial ir por ahí enseñando todo lo que haces por la inclusión, para decir: ¡Eh, que lo he hecho yo, esto fue gracias a mí!

Los que conocen la otra cara de la inclusión, saben que no es fácil, porque es un término olvidado, ignorado a veces y utilizado por lenguas que buscan, el centro de atención, para sentirse importantes sobre otras personas. Lo que estoy expresando, no es una falacia, es la realidad de una circunstancia, donde los que día a día que estamos ahí…. Vemos como otras personas, en vez de unirse y entre todos ser cómplices, para crecer en igualdad de oportunidad, prefieren optar por el camino: cámara y acción, o también con fotos que reflejen que hacen “algo”

Así que, por mi experiencia en el camino de la accesibilidad universal e inclusión, quiero añadir: ¡gracias a las personas que ven personas, no condiciones!, ¡gracias a las personas que velan desde todos los ámbitos para que sea real la inclusión!, ¡gracias a las personas que suman, multiplican y que no marginan!, ¡gracias a ti, por eliminar prejuicios y luchar por una sociedad más justa! Y por último, ¡gracias a todas las personas que me han enseñado tanto y de las que sigo aprendiendo!

Margua

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