Alfonsina Storni escritora y poetisa

Alfonsina Storni fue una poetisa y escritora argentina del modernismo, nacida en Suiza en 1892, tras el regreso de sus padres, dueños de una cervecería en San Juan (Argentina). En 1896, regresaron a Argentina junto con Alfonsina, que había nacido durante la estancia de la pareja en el país europeo.

En San Juan, concurrió al jardín de infantes y desarrolló la primera parte de su niñez. A principios del siglo XX la familia se mudó a Rosario, donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre instaló un café cerca de la estación de ferrocarril Rosario Central.

Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en Mundo Rosarino y Monos y Monadas, pero como ese mundo no le gustaba, se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén, en la Escuela Normal de Lenguas Vivas y en 1917 se la nombró maestra directora del internado de Marcos Paz, consiguiendo posteriormente empleo como actriz y recorriendo varias provincias en una gira teatral.

Posteriormente, Alfonsina,  comenzó a frecuentar los círculos literarios y dio conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaborando en varias revistas como Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación, obteniendo varios premios literarios.

Viajó a Europa en 1930, y  participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna. En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetas de América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma. Ese año, el 25 de octubre, víctima de una enfermedad terminal, decidió suicidarse en Mar del Plata.

Esta poetisa fue muy avanzada a su época,  a pesar de ser madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, fue  la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el Romanticismo hacia la vanguardia y el intimismo sintomático del Modernismo crepuscular.

En su producción literaria existe un feminismo combativo, tal y como se observa en el poema «Tú me quieres blanca», que fue motivado por las relaciones problemáticas con el sexo masculino, algo que tuvo mucho peso en la vida de la poetisa.

Su obra poética se divide en dos etapas: a la primera, caracterizada por la influencia de los románticos y modernistas, corresponden «La inquietud del rosal», «El dulce daño», «Irremediablemente»,  «Languidez» y «Ocre».

Su segunda etapa se encuentra caracterizada por una visión angustiosa, irónica y oscura de la vida. A esta época pertenecen «Mundo de siete pozos» y «Mascarilla y trébol». Hizo también incursiones en la dramaturgia: «El amo del mundo» entre otras. En 1950 se editó Teatro infantil, pero varias de sus obras para niños permanecen inéditas. En 1936 colaboró, con el ensayo Desovillando la raíz porteña, en el IV centenario de la fundación de Buenos Aires

TU ME QUIERES BLANCA

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.

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