Canarias podría ser neutral

Aquel 30 de mayo de 1982, como si una burla fuera el día escogido como “día de Canarias” en esta tierra se votó no a la OTAN. Esto se dio en cuatro “comunidades” o territorios de los que componen el Estado español. Fue otra prueba patente de que Canarias no decide sobre sí misma, otra prueba del colonialismo que soportamos las regiones ultraperiféricas europeas y, en concreto, la que está bajo administración española.

Desde la época de las agresiones sociales causadas por la Legión española hasta hoy –y quizá antes-, en nuestra sociedad ha destacado un fuerte movimiento antimilitarista que tiene absoluta consciencia de que el Archipiélago se ha convertido en un peligroso objetivo militar, por esa apropiación del bando de la OTAN, totalmente manejado por los EEUU de américa. Sin duda uno de los países más belicosos del pasado siglo y lo que llevamos del XXI. Que nos tiene en su mapa y nos utiliza como plataforma militar, sobre todo, para el control y proyección de sus fuerzas militares sobre el África continental.

Para unos pocos, seguro que minoría en Canarias, se hace incomprensible la exigencia de que en Canarias se cree un Estatuto de Neutralidad. Que no significa otra cosa que establecer el Archipiélago como territorio de paz. Desmilitarizado y libre de la OTAN y maniobras militares de cualquier tipo. Apostando igualmente por la creación de un Centro Diplomático Internacional que dote de contenido a dicho estatuto.

Ahora se cumplen 30 años de la fecha en que se inauguraron la sede central del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en La Laguna, el Observatorio del Teide y el Observatorio del Roque de los Muchachos. Ese día estaban presentes doce ministros de países europeos y una importante representación de la comunidad científica, encabezada por cinco premios nobel, además de representantes de cinco monarquías europeas. Esa es justo la figura que Canarias debería tener en el aspecto militar, pero haciéndola extensiva a los países ajenos al bloque OTAN. Un espacio neutral internacional que nos sacara de los mapas y los objetivos militares de cualquiera.

La actual situación, además de un peligro, es otro claro ejemplo de colonialismo. Pero no del estadounidense, sino de colonialismo español que cede, fríamente, territorios para la utilización del bando yanqui sin escrúpulo alguno. Con total indolencia. Porque lo ajeno no duele fuera, por muy cruel que se considere en casa.

Va siendo hora de que Canarias tome su rumbo, desligándose de cualquier bando bélico y cogiendo, en este caso, “el camino del medio”. Porque eso se votó aquí hace más de treinta años y porque tenemos derecho a decidir sobre lo nuestro. Aunque en España no quieran aceptarlo.  

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