LA HUMANIZACIÓN DE LA POLÍTICA

Humanizar es por definición hacer una cosa más humana, menos cruel, en definitiva menos dura para el ser humano. La principal carencia de la política actual es la falta de humanización.

Está claro que se logra humanizar en el momento en el conseguimos que las personas se encuentren plenamente realizadas. Algo que en ocasiones puede parecer muy complicado y difícil de conseguir, pero debe de ser uno de los principales fines de los políticos.

Nos tenemos que apoyar y esforzar para que la política se consiga acercar a la sociedad. ¿Cómo lo hacemos? Sentándonos con la ciudadanía, escuchando sus necesidades, compartiendo sus inquietudes, haciéndoles sentirse capaces de participar en la toma de decisiones de los gobiernos.

No es concebible un municipio en el que las personas no sean el centro de atención, un municipio en el que el silencio decida por el ser humano, ni un municipio en el que el futuro se escriba sólo. Eso no es un gobierno, ni es un buen estilo político, el verdadero político/a es quien se relaciona con la ciudadanía.

Debemos estar presentes y cercanos a la juventud, con energía e ímpetu para compartir sus inquietudes. Es necesario que resolvamos los problemas y necesidades de los mayores. Además se debe disponer siempre de la sinceridad, cercanía y honestidad para escuchar a toda aquella persona que necesite ser escuchada.

Queda mucho camino por andar y mucho que construir, juguemos al ritmo de los niños, hagamos debates con la juventud y compartamos ideas e historias con nuestros mayores.

No esperemos a que nos vengan a pedir hora para que les escuchemos, porque  llegará el momento en que no vengan. No esperemos que nos tengan en cuenta si no contamos con ellos. En definitiva, no hagamos participación ciudadana, simplemente participemos con la ciudadanía.

Lo importante y que nunca debemos dejar de perseguir es conseguir la plena realización de las personas, hacerlas partícipes de las políticas del municipio e implicarlas en mejorar el presente y construir el futuro.

Cuando consigamos una completa humanización de la política las personas volverán a confiar en la necesidad de tener representación en la sociedad.