Los Damascos de la Noche de San Juan

He sacado los damascos
¡Mañanita de San Juan!
que anoche bajo la cama
puse para averiguar
si la mujer que me espera
con fin de matrimoniar
era en cuestión de caudales,
normalita, millonaria, pobre de solemnidad.

Me ha salido el más pelao
por lo que he vuelto a pensar
que si parejas futuras
yo le confío a San Juan
nunca saldré de miserias.

Porque un santo que vestía
con zalea cabra rucia
no puede ser de fiar.

Y prefiero en estas cosas
de averiguar el caudal
un santo de envergadura
que con seda y terciopelo
se cubra en el más allá.

Santa Isabel de la Hungría,
un San Carlos Borromeo,
Clemente de Alejandría,
repasando el santoral.

Que éste ya es el cuarto año
en que he vuelto a preguntar
con los jodíos damascos
con quién me habré de casar,
y en cuatro veces seguidas
¡Mañanita de San Juan!
yo he sacao el más pelao
¡Son ganas de jorobar!

Congelados tres damascos
sólo tengo que esperar
a que en llegando noviembre
venga la santa de Hungría
y se me ponga a buscar
novia rica, con teneres,
no volver a trabajar,
con chófer y tres doncellas,
comer langosta y foie gras,
y comprarme las chaquetas
en Mango o en Zara Man.

Y en santos buenos y pobres
no volver más a confiar
la elección de mis futuros
¡Mañanita de San Juan!

José Luis Yánez Rodríguez

#yanezteror #Junio2021 #NocheMágica

NOTA. Los damascos son los albaricoques. Toda mi infancia como tal los conocí.