En el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía, Ben Magec – Ecologistas en Acción apuesta por la agricultura ecológica como la mejor herramienta para luchar contra los elevados índices de erosión y pérdida de suelo en Canarias, así como contra el Cambio Climático.
El suelo es un recurso vital, pero no renovable, y Canarias tiene un índice de desertificación aproximado de un 60%, aunque en algunas islas llega a más del 70%.
Algunas de las causas principales son el sellado del suelo por la urbanización y la construcción de infraestructuras, la salinización derivada la sobreexplotación de los acuíferos, el uso de fitosanitarios y el vertido de tóxicos por culpa de los cuales tenemos un elevado índice de contaminación en suelos y que, en buena medida, responden a la nula gestión por parte del Gobierno de Canarias, competente en materia de autorizaciones y control de vertidos.
Afirma la Federación ecologista que la lucha contra la erosión no ha sido en absoluto una prioridad para las administraciones públicas, como tampoco lo es la lucha contra el calentamiento global y sus consecuencias, como demostró el Gobierno de Canarias tras el cierre de la Agencia Canaria de Lucha contra el Cambio Climático.
Para Ben Magec – Ecologistas en Acción, la mejor manera de luchar contra la pérdida de suelo y contra el cambio climático es fomentar la reactivación del campo canario, y derivar las prácticas hacia la agricultura ecológica. De esa manera se conseguiría retener suelo y evitar su pérdida, a la vez que se reduciría el volumen de importaciones y el uso de insumos, muy negativos tanto para el suelo como para el clima, que precisa la agricultura convencional dondequiera que se practique.
Para ello advierten de que es imprescindible el apoyo a las pequeñas explotaciones y a las iniciativas agroecológicas, pero también afrontar algunos de los problemas estructurales a los que se enfrenta el campo canario, como la importación de alimentos que compiten con los que se producen en esta tierra. Los alimentos importados en muchos casos están subvencionados a través del Régimen Especial de Abastecimiento, y muchas veces son portadores de patógenos que afectan a los cultivos locales.
También es preciso luchar contra las prácticas abusivas de intermediarios y puntos de venta finales (sobre todo grandes superficies), que en muchos casos elevan hasta un 500% el precio final sobre el pagado a las y los productores. Por supuesto, se hace muy necesario un impulso decidido a las PyMES, los mercadillos y otros sistemas de venta directa.
Otra importante actuación sería la recuperación de la materia orgánica, entendiendo como tal los restos de poda y jardinería y la correspondiente fracción de los residuos, que debidamente separada en origen y compostada, aportaría fertilidad y recuperaría el suelo y, ya de paso, reduciría la necesidad de añadir otro tipo de nutrientes de síntesis en agricultura.
Concluyen que también es fundamental acabar con la política continuísta que ha caracterizado a la mayor parte de administraciones canarias, “que han seguido apostando por el sector de la construcción, uno de los principales culpables tanto de la pérdida de suelo como de la producción de gases de efecto invernadero”. “El Gobierno de Canarias ha allanado el camino legislativo para reimpulsarlo con fuerza a costa de la conservación del territorio y los recursos naturales. Prueba de ello son normas como la Ley de Armonización, la Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias, el deterioro del transporte público, y las nulas medidas de impulso a las energías renovables”.