JUGUETES = JUGAR por Patricia Pérez Rivero

Érase una vez, una ciudad con luces en sus calles y casas,  árboles gigantescos llenos de colores y personas con ilusión porque se estaba acercando la navidad. Una época que esta envuelta de deseos y magia para todos, pero en especial para los más pequeños de la casa.

Los niños y niñas de la ciudad, estaban felices por esta maravillosa época que para ellos es como una gran fiesta en donde un día recibirán regalos de los reyes magos, y alguno incluso recibirá un presente del mismísimo Papá Noel. Cada niño y niña  debían escribir su carta para que estos seres mágicos supieran que les gustaría tener para jugar estas navidades con sus familias e amigos. En ella tenían qué escribir su nombre, como se habían portado ese año y el juguete que más le gustará tener.

Entonces cerca del árbol gigantesco había una casa en donde el niño que vivía en ella comenzó a escribirla pero como aún estaba aprendiendo a escribir pidió ayuda a sus padres. Ambos se sentaron, cogieron un folio blanco y lápices de colores.

Los padres preguntaron al niño que quería para  esta navidad y como el niño quería muchos juguetes porque todos les gustaban y no sabía con cual quedarse, los padres le dieron las revistas de juguetes para que los viera uno a uno y se decidiera.

Mirando el niño con sus ojos abiertos a tanto juguete, vio uno que le encantaba pero por timidez no lo decía. El padre se dio cuenta de como miraba ese juguete sin parar y le preguntó si lo quería. El niño miro hacia abajo y muy bajito respondió que si. La madre qué estaba callada mirando la situación hablo con su hijo:

Madre: Si ese te gusta mucho, lo ponemos en la carta. ¿Quieres?

Niño: Sí me gusta mamá pero no es para mi, es para niñas. Yo no lo puedo pedir, seguiré mirando.

Madre: ¿Qué es para niñas? ¿Quién te dijo eso cielo?

Niño: Nadie mamá, lo pone en la revista mira… Si es rosa siempre es de niña y lo que me gusta a mi es el carro rosa con el bebé qué está dormido. En la foto lo lleva una niña, por eso no lo pido. Yo no soy una niña.

Ambos padres se miraron perplejos al ver qué su hijo rechazaba lo que le gustaba porque en los catálogos marcaban un estereotipo social que hace qué niños como su hijo piensen que cada generó tienen sus propios juguetes. Con lo simple que era escribir la carta, y lo complicado qué estaba resultando ahora. Los padres le dejaron viendo los juguetes y se fueron de la sala para pensar que podían hacer.

Después de un rato analizando la situación, llegaron a una idea para hacerle entender a su hijo que no importa lo que una revista diga sino lo que crees tu. Si te gusta pídelo, no es cuestión de ser niño o niña solo se trata de jugar y compartir lo que más te gusta con las personas de tu alrededor.

Así que cerraron la revista, se vistieron y fueron a la tienda de juguetes. Una vez allí la madre al entrar le comentó: Cariño cuando eliges un juguete es porqué te gusta mucho y deseas jugar con el, enseñarlo a tus amigos y compartirlo. No hay juguetes para niñas o niños, solo muchísimos juguetes esperando a que un niño como tu juegue con ellos. Así que todo lo que ves es para jugar y no olvides cuándo juegas haces feliz a tú corazón y al juguete  por elegido.

Finalmente el niño vio ese carro que tanto quería, se acercó, lo toco y dijo en alto: “Mamá, papá  este carro lo quiero para reyes. Así que cuándo lleguemos a casa hay qué escribirlo”

Colorín, Colorado, este cuento se ha acabado y con el demostramos que no hay género en juguetes sino un sinfín de sonrisas esperando a que cada niño elige con el corazón lo que más le guste.