Fue la sal mi primer recuerdo, el fortísimo olor a mar embravecido, ese traje naranja sembrado de flores mientras buscabas paz y anhelabas silencios. Tu mirada perdida en el manto azul añorando abrigar los fríos instantes; suave brisa mecía tus cabellos, brisa añil, titilando en tus entrañas, un no saber por qué y ese abrazo de amor que rompió el miedo, con el dolor no pudo pues lo cargué en mi pecho, donde siempre estará hasta el próximo encuentro. Inma Flores 5/11/2017 |