Desde que el gallo canta la abuela se va al mercado, todo se le hace poco para llevar a la cesta: los más dulces frutos, el pescado más blanco, las carnes más jugosas, y las sabrosas especias. Cientos de horas anudadas, con lazos de amor y paciencia para unir en la misma mesa a sus seres más queridos: hijos y nietos; yernos, nueras, amigos y compañeros, todos a compartir andan prestos, con sus voces y panderos para esta Navidad continuar por el sendero de entrelazar los instantes, los abrazos y sus sueños. De Magia de Navidad todos se van impregnando, los olores, los sabores, los recuerdos del pasado, una historia que se cuenta de quien habita otro cielo y aunque su silla falte siempre queda su recuerdo. Entre entrantes y carnes, mariscos y parabienes, todos brindan por sus sueños: la salud es lo primero y el volver a unirse pronto bien entrado el mes de enero. Los lazos de amor que se forman ya nada los desanuda pues en esa Noche Mágica la Bendición acompaña. ¡¡Ching, ching!! ¡Por este año que ya muy pronto se acaba, por tus sueños, por los míos, por los del hermano que brinda, por la vida, por la paz, por la gratitud humana, por los corazones fuertes que ante nada se acongojan y a pesar de vivir situaciones de injusticia a su alrededor intentan que nadie sin amor quede, sin sustento, ni sin techo, sin sonrisas, sin abrazos, sin sentirse bien repleto. ¡¡Ching, ching!! Inma Flores – Navidad 2017 |