Rompe el silencio

el sonido de mis pensamientos.

Empañan los cristales

tu cálido recuerdo.

 

Juego con las gotas.

Mis dedos, la vidriera rozan.

Parece no existir el tiempo

y despacio, te esbozan.

 

Amo de mis entrañas.

Azar de mi calma

de mis penas, de mis ansias.

Fuego de mi cama.

 

Derrites con la mirada

mi gélido invierno.

Tus gestos, tus manos

el arropo de mi cuerpo.

 

Pálpitos en mi interior

envuelven tu encuentro

enjugando la boca

con sabores de ensueño.

 

El arrojo de tu evocación

mi interior estremece

anhela tus manos, tu calor

y que a mi piel beses.

 

¡Un sentido zarandeo

es tu boca ardiente!

de mi ser se apodera

y mi alma, por ello muere.