Eres agua de lluvia que refresca mis sueños oxidados. La caricia de luz sobre mi frente de novicia, ya bulle su pensar ante tu yesca.
No es difícil, no… préndeme esta gresca al latido en tu piel, pura delicia, que un dardo enamorado ya la auspicia al hechir la pasión rocambolesca.
Ansiosa por sorber de tu mirada la fuerza del deseo, preso late, envuelto en la quimera del derroche.
Brilló tu luz al alba, la preciada brisa anudó la duda ante el combate, certera de tu amor, sin un reproche. Inma Flores. |