Me tomas con ternura de la mano y el tiempo se detiene en ese instante; la mirada sutil, gesto elegante, de quien en este ahora está cercano. . Hablamos con los labios, las miradas, tan llenas de recuerdos hilvanados; instantes que se cruzan oxidados allá donde libramos las cruzadas. . Qué paz inunda el alma envejecida de tanto pulular por esta vida buscando en los recodos las certezas . y descubrir en ti las fortalezas que ya creí perdidas, sin retorno al lugar donde antaño no fue adorno. . Me quedo con tu abrazo, eternamente abrigándome el alma, fuertemente… Inma Flores © |