EL SÍNDROME DE LA CAJA DE TURRÓN

Son evidentes, la gente las busca, son muestra de tradición y respeto por un pueblo y su esencia, siempre están presentes y mudan en lo bueno no cambiando en su identidad más profunda; lo que les hace símbolo de un pueblo y su fiesta…son… las cajas de turrón.

Ahora, a un corto y acuciante cortísimo tiempo de distancia de las elecciones -léase, básicamente municipales- el síndrome comienza a vibrar. Aunque todos los partidos afirmen contundentemente que lo que les importan son las obras realizadas, la conveniencia del pueblo, el proyecto de futuro que se va a proponer;…lo que importa realmente es la cara, el carácter, la dignidad, la cercanía y simpatía, la preparación y el respeto por nuestra tierra y sus gentes, de los primeros o primeras de la lista electoral. Y si esas caras no son las de una caja de turrón, mejor sería que no fueran a pasar vergüenzas.
Por eso, propongo desde la humildad más absoluta y la certeza más clara de su necesidad, en este mi primer apunte de blog a todas las coaliciones, partidos, agrupaciones de electores, etc… la aplicación de cuatro cuestionarios sucesivos y eliminatorios, simplemente, para conceder a cualquier persona la distinción de que se le pueda poner en una lista. A veces, muchas veces, algunos ineptos creen todo lo contrario, que el partido, las siglas les deben pleitesía y agradecimiento por poner sus nombres en los papeles y sus caras en los carteles y no consideran necesario lo más obvio: merecerlo. Como decían nuestras abuelas, meritar el honor; porque como un honor debe considerarse que un partido te incluya en una lista electoral, aunque muchos no lo vean así.

De todo esto, que no pasa de ser una mera astracanada, estoy completamente convencido que saldrían listas de elegibles más dignas de sus electores.

Todo un logro para una sociedad como la de Canarias que poco a poco ha aprendido, con duras lecciones, a desconfiar que las intenciones de gran parte de los que les gobiernan pasen más allá de buscar únicamente su propio y egoísta beneficio personal.

Es fácil, muy fácil: ser como las cajas de turrón, humildes y con prestancia ganada a base de trabajo, comparecencia y pundonor; no de compartir barra de bares.

Don José Luis Yanez y este periódico les invita a que participen en el siguiente cuestionario, anímense

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