Eres como la luna llena

atrapando las olas de otros mares,

y meciéndolas sobre mi playa,

vaivén enamorado

que endulza la mirada más allá del alba.

 

Tus manos son el viento

alborotando  mis velas azules

mientras surco los mares

tras elevar el ancla,

en busca del destino  en tu mirada.

 

Tu fértil  voz  se vuelve  un huracán

y mece mis  cabellos cada tarde,

mientras se oculta al sol

en un sigilo

y da la bienvenida al brillo de tu ser.

 

Tu cuerpo juvenil

bien sembrado de estrellas en su espalda

me invita a descubrir

el fuego, que ardiente en tu entraña,

erupciona a la vida.