De Rosa y Naranja por Pedro Lorenzo Rodríguez Reyes

Nuestra creatividad, intelecto y libertad forman parte de nuestra dignidad humana. Sin embargo, nuestra creatividad ni está libre de ocurrencias, nuestro intelecto puede equivocar y podemos ejercer nuestra libertad hacia el mal, especialmente cuando ya hemos invertido tiempo y esfuerzo.
Todos aspiramos a ser felices y eso nos hermana, así lo he vivido en todas las manifestaciones del arcoíris a las que asistí. En ese andar como parte de la humanidad no puedo evitar en reconocer que el final del arcoiris no es como lo pintan, así quedó demostrado en la marcha por el orgullo gay en la capital de España.
Tras esa felicidad, tras una fachada de normalidad frente a la sociedad, se vió una descalificación y modos de convivencia que nos invitan a saltar de la sartén del fuego, distorsionando el genuino desarrollo de identidad personal y contaminando la naturaleza de la ideología de género. No encuentro justificación alguna para violentar espacios comunes, para provocar con la excusa de que son partidos de centro y apoyan a la extrema derecha o a la derecha. El bien común incluye el respeto a todos.
Las pertinentes estrategias políticas y mediáticas están constituyendo a una de las herramientas de más rentabilidad electoral y adquisición de votantes. Su interés no es por el bien de todos, sino por el control social, el lucro y el triunfo electoral.
Todos estamos de acuerdo que debe ser ilegal faltar a la dignidad de las personas independientemente de sus idiologías, sin embargo lo vivido en la marcha LGTB  este fin de semana en Madrid, acusando de homofobia a un grupo de personas que bajo la misma sombrilla de la convivencia y el amor quedaron claramente dañados para todos los involucrados.
Ante lo sucedido como ser humano y cómo esta no garantiza la dignidad de cada uno de nuestros actos, tú y yo sabamos que juzgar moralmente a otros forma parte de un problema social a superar; y también cada quien sabe si los actos que realiza en estas manifestaciones contribuyen o destruyen la propia dignidad de las personas LGTB.

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