Nuestra Señora del Pino
miró anhelante hacia el cielo
y fue a llevar el consuelo
por Gran Canaria en camino
¡Un acierto tan divino
que en todo lugar fue fiesta
lo que hasta ayer era incierta
huella del cruel abandono!
¡El Pino vuelve en el Trono
de Gran Canaria y su ofrenda!
–
San Mateo y Artenara
Manto de verde pinocha
y Corona que derrocha
luz que Guía regalara
Gáldar, sus honras declara
al ponerte gallardetes
con el oro que Agaete
tiende entre el puerto y el valle
Tejeda el Traje que entalle
joyel que Moya promete
–
Y al fin vuelves a esta tierra
desde el Valleseco hermano;
que ha volcado en Ti sus manos
lágrimas que el alma encierra,
que en Ti esperanzas aferra
para aguardar con amor
que no traspase el dolor
lo tranquilo de sus vidas
¡¡¡Que descanses, Madre mía,
en tu casa de Teror!!!