En el pleno de hoy, 25 de noviembre de 2019, hemos vivido una vuelta de tuerca más en la farsa democrática que vivimos en los plenos de nuestro municipio. El Pleno es el órgano máximo de representación de todos los ciudadanos y un lugar en el que cada uno de los concejales y concejalas que hemos sido elegidos, merecemos el mismo respeto institucional; hoy un miembro elegido por los ciudadanos de nuestro municipio ha sido expulsado por pedir que se le respondiera una pregunta que había realizado.
El debate es la máxima expresión política en un Pleno, y este ha desaparecido porque cada vez nos llega menos una información que solicitamos no por capricho, ni con el fin de entorpecer el trabajo del grupo de gobierno como defiende el Alcalde (más que argumento parece una excusa ante su falta de planificación y gestión) sino con el único fin de hacer más transparente el Ayuntamiento de Guía y que los ciudadanos sepan en qué y cómo se invierte el presupuesto de nuestro pueblo, últimamente consideramos que desatinadamente por el Grupo de Gobierno de Juntos por Guía.
Por lo que en primer lugar nos queremos solidarizar con el concejal expulsado, Alejandro Rivero Díaz, que quiero recordar que también él está representando a todos los guienses, porque como he dicho el buen debate es la máxima expresión de un Pleno municipal. Por eso hoy hemos abandonado el salón plenario, al considerar una decisión improcedente y desmesurada su expulsión por parte del Alcalde.
Por otro lado hacer una súplica, que casi la doy por imposible, que el Debate vuelva al Ayuntamiento, que cuando la oposición presenta una moción, un ruego, o una pregunta, no es para entorpecer el trabajo del Alcalde, ni para buscarle las cosquillas, sino para aportar una visión diferente de la situación del municipio, tan respetable como la suya, por eso debería utilizarlas, no considerándola un arma en su contra, sino como una oportunidad de mejora de la calidad de vida de nuestros vecinos.