En ese encuentro, Paqui Santana declamó el siguiente poema con la maestría de Laura Martel en su compañía, como parte de la obertura-introducción al mismo.
¡Gracias a Paqui, a Laura,… por darle vida a estas palabras!
EL TIMPLE FRENTE A LA MAR
¡Madre, que yo quiero un timple
para cantarle a la mar!
Para decirle que quiero
en su espuma ir a soñar.
¿Ir a soñar a la espuma?
¿No tienes con qué soñar?
¿Con trajecitos de seda,
con tesoros que buscar,
llenos de piedras preciosas,
y tu cuerpo engalanar?
¿Y no es de seda la espuma?
¿No es de amatista la mar?
¡Madre, que yo quiero un timple
y a los peces arrullar!
Arrulla a las mariposas
que en el jardín hallarás..
Sueña lo que niñas sueñan
y no quieras encontrar
quimeras que traen las olas
desde lo oscuro del mar.
El mar, madre, no es oscuro,
es de zafiro y coral,
es nácar como las flores
más hermosas del rosal.
Y para poder mostrarte
el fuego que alienta al mar
no hallaré mejor sonido
que aquel que sabe enhebrar
las costas acantiladas
con el timple y su telar.
Y éstas son las dulces playas (timple)
o el gorjeo del remar (timple)
Ésta la dulce frescura
de la barca al olear(timple)
Y estos los tristes lamentos
de caballitos de mar
que galopan entre espumas
para venirte a buscar (timple)
¡Que no son caprichos, madre!
Son querencias de verdad….
de buscar en tiernas cuerdas
tañidos de humanidad…..
Y no quiero suaves arpas
que intranquilizan mi andar;
ni las tristes mandolinas
que hacen mis ojos llorar;
tampoco un palo de lluvia
ni güiro, tuba o timbal;
yo solo añoro a mi timple
para con él dialogar
sobre la espuma y la arena
las espinas y el rosal.
(Timple)
¡Madre, que yo quiero un timple
para cantarle a la mar!