Inclusión Educativa por Pedro Lorenzo Rodríguez Reyes.

 Familiares, profesores, diferentes profesionales y alumnos de Educación Especial están en contra al cierre de  centros educativos ante el posible trasvase de sus alumnos al sistema ordinario, tal y como contempla el proyecto de Ley Orgánica para la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), también conocida como Ley Cela.

Ya son muchas familias,  padres o tutores quienes de reponerse a la angustia que les genera la realidad que les tocó vivir a sus hijos, hacen todo para que los chicos/as logren un lugar en el nivel educativo, en el ámbito laboral, en los espacios de la vida cotidiana, en la sociedad en general.

Son los padres, sus abuelos y todo el resto de la familia cuando se enteran que uno de sus hijos, familiar  padece un síndrome con características de autismo, Síndrome de Down, de West, y tantas otras alteraciones cerebrales, lloran mucho, se preguntan por qué, tratan de reponerse, se une toda la familia, y juntos comenzarán a informarse, procesos necesarios para que esa persona pase de no comunicarse, de golpearse y hacer berrinches por todo, pasar a cumplir una rutina, bailar arriba de un escenario junto a sus compañeros como hemos visto estos días en los diferentes actos de carnaval. Para la familia es un verdadero milagro que no hubiera sido posible sin los centros especializados.

Muchas familias tienen claro que al colegio se va a aprender y en el cole que todos conocemos, estas personas no aprenden. No es que fracase estos chicos/as, ni la institución, lo que sucede es que a los docentes no se los prepare para tratar con personas con discapacidad. Carecen de materiales y contenidos formativos para los docentes, de nuevas tecnologías para la gestión de la diversidad en el aula, etc.

Como trabajador en centros de discapacidad,  lo ideal para que estas  personas puedan ser incluidas en la escuela común, siempre con el apoyo y el trabajo conjunto con una escuela especial. El camino es ese, pero es complejo. Es fundamental, para esto, la adaptación de las instalaciones, la capacitación docente, el trabajo en conjunto de todo el profesorado y diferentes técnicos comunes y especiales, siendo clave de tener la voluntad de hacerlo.

Yo no estoy muy de acuerdo en criticar esta Ley, en algunos casos genera miedo, pero tal vez pueda proponer algo que sea útil. Siempre hay que acompañar, nunca juzgar. Es muy interesante cuando en los centros escolares comunes los profesores/as se dan cuenta de todos los recursos que tienen para aportar. Porque muchas veces se angustian porque sienten que no tienen NADA para darles a esas personas, ya sean usuario/a o alumno/a.

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