Durante el período en que rigió la parroquia de El Palmar de Teror, don Juan Nuez comenzó a cuajar la idea de adquirir una imagen del Patriarca San José por haber sido el día de su onomástica de 1943, el de creación de la parroquia de las Nieves de El Palmar.

Don Juan comenzó, como era costumbre siempre que se quería adquirir algún objeto de culto o nueva imagen, a reunir dinero con limosnas. En esta tarea, según es tradición, ayudaron todos los vecinos del barrio pero fundamentalmente por ser los iniciadores de la idea, un grupo de familias dedicadas desde hacía años a recorrer los campos y pueblos cercanos comprando hierbas medicinales, baifos y huevos de corral que luego revendían en la ciudad de Las Palmas. Por ello, este grupo de personas era conocido, cariñosamente por unos y un tanto desdeñosamente por otros pocos, como “los hueveros o yerberos del Palmar” (1)

En la primera colecta cada casa debió aportar siete pesetas, pero como la imagen elegida en un primer momento por el párroco parece ser que no fue de su gusto y se inclinó por otra de mayor precio hubo que hacer una nueva petición de limosna, esta vez de tres pesetas, entre los vecinos del Palmar.

Una vez adquirida la imagen pasó a la Basílica de Nuestra Señora del Pino donde se la bendijo. Según cuentan, el día en que los orgullosos vecinos del Palmar fueron a trasladar en procesión desde la Villa a la ermita de La Peña la imagen de San José, alguien de Teror, entre los que siempre hubo un sano enfrentamiento con las gentes del Palmar, oculto en el anonimato del gentío gritó irreverentemente cuando la procesión salía calle Real adelante: “Un huevero más para El Palmar…”; a lo que un vecino del barrio, molesto por el comentario, contestó con un improperio aún mayor: “Y un mar… menos en Teror”.

Y así, de esta anecdótica manera quedó la imagen apellidada como “el huevero” sin que ni a los habitantes del Palmar ni al parecer tampoco a San José le importara mucho.

Sus fiestas siguen celebrándose a fines de la primavera, por las fechas cuando la Iglesia Católica conmemora la onomástica de San José Obrero, instituida por el Papa Pío XII en 1955. “En 1955 Pío XII introduce en el calendario oficial la festividad de San José Obrero o Artesano -se utilizan indistintamente ambos calificativos-, como patrón de los trabajadores, el día 1 de mayo. De este modo otorga sentido cristiano a una fecha «vinculada al marxismo internacional». Según monseñor Montini, futuro Pablo VI, el Papa así “canonizaba el trabajo, dando a su celebración profana un valor simultáneo de celebración sagrada” (2)

Yo tengo que añadir que uno de los recuerdos más vivos que guardo de mi infancia está relacionado con estas familias. Como ya he dicho muchas veces, de chico aprovechaba cualquier momento para ir por todas las casas del Palmar a escudriñar, preguntar, observar y aprender con sus gentes; y he de afirmar, tajantemente, que ninguna casa olía tan bien como las de los yerberos. En ellas aprendí a diferenciar la nauta de la niota, el laurel canario del “nobilis”; qué curaba la borraja y el valor del orobal y aprendí, también, a “saborear” los aromas: el dulzor del de la manzanilla, el suave y delicado de la hierba luisa, el fuerte y penetrante de la ruda, y tantos otros, como el del toronjil cidrado, que olía a naranjas,…¡que recuerdos!

¡Todos se los regalo a ustedes en este día de mi onomástica!

¡FELIZ DÍA DE SAN JOSÉ!

1.- La recolección de hierbas medicinales silvestres, la compra de hierbas cultivadas en pequeños huertos de toda la comarca norte grancanaria, la de baifos y huevos, etc., para su posterior venta en la ciudad de Las Palmas fue la dedicación principal y el origen de un colectivo de personas que durante décadas fue conocido en toda la zona con este apodo referido al trabajo que realizaban. Las familias dedicadas a esta actividad eran varias, y muchos apellidos del barrio, como Mentado, Socorro, Ramos, etc., aparecen ligados a ella.

2.- “El Primero de Mayo y su transformación en San José Artesano”; de la Calle Velasco. Universidad de Salamanca.