2.019 / 2.020  Fue el invierno más seco del siglo en el suroeste de Gran Canaria

A nivel general conviene recordar que los gases contaminantes, la proliferación de los incendios así como los múltiples residuos a los océanos por las grandes industrias están cargándose lentamente nuestra atmósfera terrestre llegando incluso más allá de la estratósfera, esto naturalmente conlleva el calentamiento global de uno a tres grados y haciendo que los polos se derritan con el consiguiente peligro de la elevación de las aguas del mar y sus lamentables consecuencias a los seres humanos que vivan en zonas costeras. De nada sirven las conferencias mundiales por el cambio climático si a su término nunca solucionan nada de cara al incierto futuro medioambiental que ya lo estamos padeciendo y donde la climatología en general advierte la expansión desértica, la escases de lluvia y en sentido contrario la proliferación de grandes trombas de agua, tormentas tropicales y huracanes con el consiguiente reguero de calamidades y vidas humanas.

A nivel local en la isla atlántica de Gran Canaria (especialmente en la comarca del sureste que abarcan los municipios de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía de Las Tirajanas) el pasado invierno de 2.019 / 2.020  ha resultado ser el «más seco, uno de los más caluroso y el que más polvo en suspensión hemos padecido en los últimos cien años (1.920 / 2.020)». La climatología asociada a la meteorología ha dado un serio traspiés a esta comarca del sureste en régimen de lluvias. Es bien cierto que en los últimos cien años han tenido años lluviosos sobre todo entre 1.920 hasta 1.960, a partir de ésa década hasta este pasado invierno las lluvias han ido cada vez a menos y de no ser por el milagro de las potabilizadoras los habitantes de esta isla turística y especialmente los habitantes comarcales del sureste lo hubiésemos pasados «canutas».

LOS  CÍCLOS  LLUVIOSOS  Y  LAS  SEQUÍAS

Sobre el tema de las lluvias hemos de recordar al que fuera paisano Carrizalero Agustín Ramírez Alemán donde un servidor y articulista lo entrevistó en 1.991 y nos recordó que fue testigo de aquel famoso temporal de viento y agua en el mes de enero del año 1.926 y donde también lo hizo saber en un libreto titulado «Carrizal, Apuntes para la historia», Agustín Ramírez Alemán nos dijo que aquel mes estuvo una semana de lluvias muy fuertes del sur que según los expertos de la época sobresalía los 500 litros por metro cuadrado de lluvia por tal motivo catastrófico se desbordaron los barrancos comarcales de Guayadeque, Los Aromeros, Balos y el de Santa Lucía de Tirajana, fue tal el agua caída que el Guayadeque estuvo cerca de tres meses con un gran caudal de agua cristalina por su cauce.

En la década de 1.950 también hubo fuertes lluvias del suroeste (rompiendo los badenes de Agüimes y Carrizal respectivamente) dejando los almacenes del empaquetados del tomate (especialmente al almacén principal de el exportador Juliano Bonny Gómez en Las Majoreras) se quedó sin fruta durante varios días por la destrucción de los mencionados puentes y el gran caudal de agua que llevaba no dejaban pasar a los camiones cargados con cajas de tomates de los cultivos tomateros que venían del sur de la isla. En esa década vinieron los primeros avisos de años de sequía y polvo en suspensión sahariano así como las célebres invasiones de langosta que hicieron «mella» en todos los cultivos del sureste (1.954 y 1.958). Sobre la climatología hemos de mencionar al que fuera gran meteorólogo Antonio Naya (Aeropuerto de Gando 1952 / 1970) que también colaboró en sus predicciones del tiempo en la entonces «Radio Atlántico» donde reiteró en muchas ocasiones que  Canarias de cara al futuro iba a sufrir mucho en la escases de agua de lluvia por culpa de los tiempos desfavorables del caliente y cercano desierto del Sahara.

INVIERNO  2019 / 2.020  PARA  OLVIDAR

Exponer criterios meteorológicos y climatológicos en los últimos 40 años en la comarca del sureste llenaríamos muchos páginas pero ha quedado demostrado que el pasado invierno 2.019 / 2.020 ha sido para esta mencionada zona comarcal como el más seco, caluroso y donde se recibió en más de veinte ocasiones la embestida del fatídico «polvo en suspensión sahariano» teniendo incluso en una de las ocasiones que cerrar todos los aeropuertos de las islas ante la densidad y escasa visibilidad polvorienta provocada por lo que en África se les conocen como el «Simún del desierto». La mayoría de los canarios sufrimos en este pasado invierno lo nunca visto en polución contaminante en suspensión, esto añadido a las mínimas lluvias que cayó en Gran Canaria siendo la comarca del sureste la zona menos beneficiada de la tan necesaria agua de lluvia invernal no sufriendo necesidades gracias a las distribuciones de aguas de mar potabilizadas que nos alivió y solucionó las máximas necesidades de nuestra población, si tuviéramos que depender del agua de lluvia del cielo, parte de nuestra población tendrían que emigrar, menos mal que tenemos una privilegiada zona de vientos alisios donde los parques eólicos de energías renovables nos producen electricidad y solución  al presente y el futuro, hecho defendido en incontables ocasiones por el que fuera entonces gran alcalde de Agüimes y hoy presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria Antonio Morales Méndez.

(*)  Escritor y Articulista  www.antonioestupinan.com