La consejera de Educación del Gobierno de Canarias ha explicado las medidas adoptadas hoy en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación, entre las que destaca el aplazamiento de la EBAU y la flexibilización de las prácticas de FP
La consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María José Guerra ha expresado, en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación celebrada hoy miércoles, 25 de marco, el apoyo del Ejecutivo canario al objetivo manifestado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional de que ningún alumno y alumna de las islas pierda el curso a causa de la situación provocada por el Covid-19, “fin al que se dirigen todos los esfuerzo de ambas administraciones”.
En el marco de este encuentro, presidido por la ministra Isabel Celaá y que reunió esta mañana, de manera telemática, a todas las CCAA, se debatieron y aprobaron una serie de medidas dirigidas a que “todo el alumnado pueda culminar el curso escolar más allá de las limitaciones que esta crisis nos están imponiendo”. “Para eso, hay que lograr que el alumnado mantenga sus hábitos de estudio y que docentes y familias no se sientan desbordados”, destacó Guerra.
Así, en cuanto a la prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), Guerra aclaró que, aunque las fechas propuestas para su realización (el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria, y antes del 10 de septiembre en convocatoria extraordinaria) dependerán de la evolución de la pandemia, se ha establecido que las calificaciones se publiquen antes del 17 de julio para la convocatoria ordinaria y antes del 18 de septiembre en el caso de la extraordinaria. La asignación definitiva de plazas no se podrá realizar antes del 25 de septiembre.
En lo que respecta a los contenidos de las pruebas, la consejera destacó “que el objetivo a alcanzar es el ansiado equilibrio entre el respeto a lo trabajado por el profesorado y el alumnado durante dos trimestres, y las consecuencias de esta situación excepcional que impide al alumnado las mejores condiciones para afrontarla”.
Guerra comentó que en todas las enseñanzas (Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato), el curso, a nivel de programación, ha podido cerrarse satisfactoriamente hasta la 2ª evaluación y que la restante, es decir, la 3ª evaluación, no será, en cualquier caso, decisiva en la evaluación ni se examinará al alumnado de contenido que no hayan trabajado.
En cuanto a contenidos en la EBAU, todas las comunidades autónomas han defendido que, “no hay que alejarse de los modelos de coordinación establecidos en cada comunidad autónoma”. Para el resto de enseñanzas, la Consejería elaborará instrucciones precisas.
En relación a la Formación Profesional, se siguen los mismos criterios generales del resto de enseñanzas, esto es, “que nadie se quede atrás ni pierda el curso como consecuencia de la crisis sanitaria”. Por el carácter práctico de la materia, las dificultades se centrarían en la Formación en Centros de Trabajo (FCT), la Formación Dual y Pruebas de Acceso, por ello, en estos casos, se flexibilizarán las prácticas para que el alumnado termine el curso, ajustando las fechas previstas para su celebración.
En línea con las directrices marcadas por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, la consejera canaria se refirió también a la necesidad de proteger a la población más vulnerable. Así, en este sentido, indicó que, para romper la brecha digital, se realizará un diagnóstico de la situación sobre el territorio con el objetivo de determinar cuántos alumnos y alumnas canarias no disponen de conexión telemática, bien porque no tienen equipo informático u otros dispositivos o bien porque no cuentan con acceso a Internet.
“Debemos buscar la forma de conectar al alumnado con el profesorado y para ello se proponen cinco principios fundamentales sobre los que trabajar en esta crisis, que servirán de base de trabajo para el futuro: reforzar la profesión docente; construir un nuevo currículo acorde a los tiempos, con contenidos relevantes e interdisciplinares; impulsar la universalización progresiva 0-3 años empezando por aquellos colectivos más desfavorecidos; potenciar la FP abriéndola a las empresas y al tejido productivo pero procurando siempre la máxima competencia cognitiva y emocional del alumnado; y fomentar la digitalización de la educación”, añadió Guerra.