Posee alas blancas que con el viento danzan en la brisa de la mañana, posee la espada de fuego que atraviesa tu pecho, para recordarte que no hay sensación más cálida.
Retorna impasible a su morada, cuando la tarea se ha visto terminada, volverá cuando le plazca, con gusto pagarás el precio de su don con la palabra, de abrir tu corazón y escuchar todo cuanto narra.
Tan necesaria, tan simple y complicada, tan oscura y tan clara, hoy te bendice, te abandona mañana, pule tú talento y afina tus palabras, te dará lo que le pidas cuando le plazca, ella solo pide a cambio un alma enamorada de forma desinteresada.