El Apego ¿un pegamento corrosivo?

“El apego puede convertirse en una sustancia gelatinosa, al principio parece tener color y olor a fresas, luego se va convirtiendo en una mugre pegajosa y maloliente de la que crees que no puedes escapar.”

Desde la infancia

El apego, es una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección.

No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja. John Bowlby (19071990) fue el primer psicólogo en desarrollar una «Teoría del apego«.1

Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas. Desde el punto de vista cognitivo, la propia existencia de una relación de apego, conlleva a la construcción de un modelo mental de dicha relación, una imagen de cómo es el propio niño, representaciones sobre la figura de apego y una teoría mental sobre la imagen que la figura de apego tiene sobre el niño.

El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y suele darse entre un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Existe la posibilidad de que la figura de apego cambie a lo largo de la vida. Cada relación de apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de asegurar la supervivencia de la cría, darle seguridad, autoestima y la posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o confusión para sentirse seguro.

Según Jude Anne Cassidy , profesora de psicología en la Universidad de Maryland, se pueden diferenciar tres tipos de conductas de apego:

  • Conductas señalizadoras: son las que hacen los niños para que la figura de apego se dé cuenta de que quiere iniciar una interacción. Ej.: sonrisa, vocalizaciones, balbuceos…
  • Conductas aversivas: son señales que tienen el objetivo de conducir a la madre hacia el niño, para finalizar el llanto o el comportamiento agresivo de este.
  • Conductas activas: son aquellas que llevan al niño hacia la madre. Ej.: aproximación a la madre, seguimiento.

Adultos, el apego emocional

El apego emocional, o apego afectivo, es el que implica una dependencia en tus relaciones, ya sea de pareja, sociales o familiares. Se puede convertir en un problema y es importante que aprendas a identificarlo y a salir de ese tipo de situaciones.

No se puede confundir el apego con el amor, ambos conceptos son completamente distintos pero pueden llegar a confundirse.

 

La dependencia emocional es un problema porque puede llegar a conducir a la anulación como persona. Es muy común que el «apegado» acabe dejando de lado su vida, renuncie a su manera de ser, a sus aficiones, a sus gustos o a su círculo de amistades para seguir al otro. Lo peor no es que lo haga, sino que ni siquiera sea consciente de que lo está haciendo. Justifica esa dependencia escudándose en el amor, en el enamoramiento, pero en el fondo es consciente de que no es feliz. Ha renunciado a todo para luchar por una relación que no le hace crecer.

Síntomas y consecuencias

El apego emocional surge a partir del miedo, de la manipulación y de la inseguridad. El miedo se puede manifestar de muchas maneras, una de ellas es el temor a perder al otro o a quedarnos solas. Sí, así es, hay muchas personas que temen la soledad, cuando en realidad estar solo puede permitirte encontrarte a ti mismo.

Ese temor que sientes a que tu pareja te rechace o te abandone, te hace renunciar a ser tú misma para complacerle. Lo mismo pasa con el miedo a la soledad. Haces lo que sea para que la pareja funcione y lo único que consigues es perderte a ti, anularte como persona y dejar de valorarte. El apego emocional destruye el amor propio y la autoestima.

Cuando existe apego emocional, idealizas al otro. No ves sus defectos y sobrestimas sus virtudes. También sientes mucho miedo, incluso pánico, a ser rechazada o abandonada, lo que se traduce en actitudes posesivas, celos y una gran inseguridad en ti.

Las personas «apegadas» tienen una baja autoestima, son inseguras. Su fuente de amor propio es la relación en sí, que ni siquiera es saludable. Además, su autoestima disminuye al ritmo que aumenta su actitud sumisa. Necesitan tanto agradar y satisfacer al otro que al final se sienten incapaces de tomar decisiones, ni siquiera saben lo que les gusta porque hace tiempo que renunciaron a ser ellas mismas.

La dependencia emocional tiene una serie de consecuencias tanto psicológicas como sociales. Tus relaciones terminan siendo inestables ya que entras en una especie de círculo de rupturas y de reconciliaciones que no te llevan ninguna parte y no te permiten avanzar.

En paralelo, tu autoestima va cayendo en picado puesto que la sumisión que desarrollas aniquila tu amor propio. Te sientes poco importante, poco valorada y secundaria. Te sientes así porque la primera que no se valora eres tú.

La dependencia emocional conduce a relaciones tóxicas que se repiten una y otra vez si no pones freno. El primer paso empieza en ti, si eres la «apegada», porque solo así conseguirás forjar una autoestima fuerte que te ayude desarrollar relaciones saludables en las que crezcas como persona.

 

Ayuda para el apego emocional

El primer paso para eliminar el problema es reconocer que se tiene para después identificar tu sufrimiento. Los profesionales de la psicología te brindarán la ayuda que necesitas para que desarrolles un amor propio sano, para que te valores y aceptes tus virtudes y defectos. Tienes que aprender a quererte primero a ti para después querer a otras personas.

Para quererte tienes que pensar en ti, en lo que te gusta, averiguar con qué disfrutas, qué se te da bien. Poco a poco conseguirás tus objetivos y lo harás por ti misma, y esas pequeñas satisfacciones te ayudarán a recuperar tu bienestar.

En el apego no todo es negativo pero ciertamente tiene una relación directa con el querer, poseer, tener. Es esencial hacer un ejercicio de trabajo interior y cuestionarnos si lo estamos haciendo bien, si estamos gestionando bien nuestros apegos y nuestros sentimientos o, por el contrario, estamos confundiéndonos por el deseo de ponerle palabras duraderas y profundas a nuestras relaciones.

Querer y amar son ambos sentimientos maravillosos pero, sin duda, distintos. Sin embargo, por diversas razones, acabamos confundiendo el querer con el amar y viceversa. Como consecuencia de esta confusión llenamos nuestra mochila emocional de falsos “te quiero” y de “te amo” vacíos.

En este enlace encontrarás 5 formas de «romper» con un apego sentimental. ttps://www.salud180.com/salud-dia-dia/5-formas-de-romper-con-un-apego-sentimental

 

La diferencia entre querer y amar explicada por El Principito

«—Te amo —le dijo el Principito.

—Yo también te quiero —respondió la rosa.

—Pero no es lo mismo —respondió él, y luego continuó— Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.»

Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados.

Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo.

Amar es desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento.

Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento.

El significado de amar

Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de ti, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría.

Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.

Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como pareja, padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.

«—Ahora lo entiendo —contestó ella después de una larga pausa.

—Es mejor vivirlo —le aconsejó el Principito»

En este enlace de El Lucero Matutino de Radio Moya podrás escuchar la disertación sobre el tema que hoy nos convoca.

Estos enlaces han servido como base documental para la elaboración de este artículo:

https://es.wikipedia.org/wiki/Apego

https://content.therapychat.com/apego-emocional-cuales-son-sus-consecuencias-psicologicas#:~:text=En%20el%20otro%20extremo%20de,asfixiante%20y%20tampoco%20son%20felices.

https://www.salud180.com/salud-dia-dia/5-formas-de-romper-con-un-apego-sentimental