- A pesar de que el número de casos se sitúe en niveles muy bajos, el virus no está erradicado y cabe pensar que pueda existir un rebrote
- Se afronta una etapa clave para confirmar la evolución a la baja de la pandemia
- El camino andado hasta aquí se debe gracias a la labor admirable, vocación y dedicación de los profesionales sanitarios y la implicación de la ciudadanía
Las Palmas de Gran Canaria, 11 de junio. Aunque los datos de los últimos días son optimistas en las primeras fases de la desescalada, el Colegio de Médicos de Las Palmas desea trasladar a la población en general un mensaje de no relajación en la prevención, en el que la máxima prudencia debe seguir siendo la tónica generalizada.
“El Colegio hace un llamamiento a la ciudadanía para que no baje la guardia, aunque el número de casos se sitúe en niveles muy bajos, el virus no está erradicado y cabe pensar que pueda existir un rebrote. Y conviene recordar su alta contagiosidad y la grave amenaza que supone para nuestros mayores”, advierte Pedro Cabrera, presidente de la Institución.
“Es el momento de seguir dando la misma muestra de ejemplaridad que ha venido demostrando la ciudadanía a lo largo de las semanas de confinamiento y del estado de alarma”, animó.
Se afronta una etapa clave para confirmar la evolución a la baja de la pandemia en la provincia. El compromiso común será la clave para confirmar la derrota del virus en un momento crítico. El Colegio afronta esta nueva época con esperanza y confianza en la población, en su responsabilidad, en su sentido común y en su saber hacer.
“Nos encontramos ante un momento crucial, de ninguna manera debe relajarse la responsabilidad comunitaria, el compromiso con la salud es un deber de todos”, analiza Pedro Cabrera.
El camino andado hasta aquí se debe gracias a dos actores principalmente: la labor admirable, vocación y dedicación de los profesionales sanitarios, que han luchado en primera línea frente a la COVID-19; y la implicación y ejemplaridad colectiva como ciudadanos, conteniendo la epidemia en sus casas.
Un repentino aumento de casos supondría un duro paso atrás, la sociedad se enfrentaría de nuevo a un escenario de vulnerabilidad, nuevas restricciones y nuevo sufrimiento social.
En absoluto se puede bajar la guardia, no se pueden relajar las mínimas normas sociales de prevención, hay que seguir con responsabilidad y compromiso con la salud, es un deber de todos.