HACE MUCHO TIEMPO QUE NO PENSAMOS QUE COMUNICAR
Ya no dedicamos tiempo al pensar y planificar, estamos en la era del ya, del ahora, de lo inmediato.
En el partido político moderno la comunicación política, tanto de carácter interno como externo, es quizás el elemento más decisivo e importante para la buena marcha de una organización política, de un candidato y de una campaña política o electoral o, simplemente, del día a día de cualquier actividad donde compartan lugar emisor y receptor de un mensaje.
A lo largo de los años hemos visto como infinidad de grandes profesionales, grandes descubrimientos, grandes inventos, han quedado prácticamente en el olvido por no haber hecho una buena comunicación de estos, de su obra, de sus trabajos. No hay discusión: cuanto mejores sean la información, el contenido y su forma de canalizar el mensaje a través de los medios de comunicación, mayores garantías de éxito tendrá́ el partido político ante la ciudadanía. Comunicar bien es incluso un acto de responsabilidad tanto si se hace en el entorno tradicional como si se lleva a cabo en el mundo online. Comunicar llega a ser un arte.
La imagen del agente político gana o pierde en función de como se trabaje la comunicación tanto interna como externamente.
EL RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN POLÍTICA
El responsable de comunicación y marketing político muchas veces es el mismo líder, sobre todo en organizaciones pequeñas o con pocos recursos económicos y humanos; no obstante, eso no le exime de tener que asumir capítulos tan necesarios como la planificación, la segmentación, las relaciones entre personas, las relaciones con los medios de comunicación y otros. Aún en el siglo XXI existen muchas organizaciones que no acaban de adaptarse a lo que requiere la sociedad, de qué quiere estar informada, de lo que quiere recibir y transmitir en la otra dirección.
El responsable de comunicación forma parte del staff estratégico de la empresa política y es una pieza clave, quien debe marcar los tiempos: qué, cómo y cuándo actuar, qué contenido es susceptible de hacerlo llegar a las audiencias y cuál no. La dirección de comunicación no es cualquier cosa. Al mismo tiempo, coordina al resto de departamentos y personas que puedan formar parte de un gabinete o de una estructura comunicativa.
LOS PROCESOS EN LA POLÍTICA ACTUAL
Cuando hablamos de proceso, hablamos de lo que se hace en alguna de las posibles áreas de trabajo de una organización: el proceso de comunicar, el proceso de dirigir los recursos humanos, el proceso de trabajar las redes sociales, el proceso de atención al ciudadano, etc.
Dentro de la organización política procesos estratégicos, operativos y de apoyo o soporte.
En tiempos donde cada vez hay más apariciones de siglas políticas, personas que entran y salen de partidos y con altos índices de rotación en las estructuras, es importante elaborar procedimientos sobre las funciones y formas de trabajar la comunicación política. Las formaciones van evolucionando y ya no se esquematizan solamente en forma de jerarquías a modo de silos, sino que el cliente político forma parte indispensable dentro del organigrama. Se encuentra al inicio y al final de cada proceso, pasa de la gestión por funciones a una gestión más moderna, más actual.
En el proceso de comunicación las actividades, tareas y funciones atraviesan toda la organización, saltando las barreras departamentales; permiten visualizar de forma horizontal y claramente cuál es la razón de ser de un partido político o, tal y como venimos describiendo, de un departamento de comunicación. Ahora el ciudadano está mucho más integrado y está más presente en todo lo que se hace y se proyecta en el partido político.
Aquí la orientación de la comunicación va en la línea de los resultados generales, es el ciudadano el centro de atención de la estrategia de comunicación, cada persona colabora para que se hagan las cosas y sabe en todo momento qué lugar ocupa dentro del proceso global de comunicación.
Muchas veces suelen encontrarse figuras al frente de la comunicación y el marketing, formando un solo bloque. En cierta forma, es difícil separar estos dos conceptos y están demasiado relacionados como para vivir de manera independiente. Estamos en la era de la especialización y aquí más aún. Desde el punto de vista de la consultoría política, este es uno de los motivos por los que los servicios subcontratados a profesionales o agencias de comunicación van proliferando.
Hoy en día podemos encontrar profesionales en comunicación especializados en una red social en concreto, gente que se dedica al copywriting, coaches y personas que entrenan apartados tan relevantes como la motivación de equipos, la oratoria o la puesta en escena, expertos en audio o iluminación y así un largo etcétera de ramas y especializaciones que aportan profesionalización a la comunicación política.
Pensar es bueno, es sano y es necesario para la empresa política.