Por enésima vez en los seis meses de avance de la emergencia sanitaria por la covid-19, en el último Consejo de Gobierno, tuvieron lugar una serie de nuevos nombramientos, en lo que constituye ya un macabro baile de designaciones, sustituciones y ceses sin criterios objetivos de valía profesional que no hacen más que reforzar la peligrosa y desastrosa gestión del PSOE y de los grupos que le acompañan en el gobierno de una pandemia, en pleno auge, que tiene derivaciones doblemente negativas sobre la salud y la vida de la población, tanto para los afectados por el coronavirus como de otras patologías. Pero también efectos adversos sociales y económicos sin precedentes en una nación con un servicio sanitario público debilitado por las sucesivas oleadas de recortes, que coexiste con un modelo de desarrollo que depende casi exclusivamente del sector servicios.
Entre los nombramientos, merece mención la controvertida figura del nuevo director del Servicio Canario de la Salud, otrora denostado por representantes del actual ejecutivo y que vuelve a poner “patas arriba” el ya de por sí precario organigrama de la Consejería de Sanidad, hecho tanto más peligroso en la actual situación de extrema emergencia sanitaria. Desde Intersindical Canaria queremos manifestar que, a pesar del revuelo de blanqueamiento mediático de los integrantes del ejecutivo, no nos sorprende una toma de decisiones tan proclive al lobby empresarial por parte del PSOE y sus socios de gobierno. De facto, el Sr. Domínguez, ha formado parte del actual equipo de gobierno cubriendo otras áreas.
Ya conocemos su estilo de gestión. Estuvo en este mismo cargo hasta hace quince meses de la mano de Coalición Canaria (CC). Durante su mandato estuvo secuestrada la negociación colectiva en la Mesa Sectorial de Sanidad, junto con las demandas sociales, en un sucedáneo de consejería paralela que se denominó Compromiso por la Sanidad. Un ente para el que no fueron consultadas la mayoría de los parlamentarios ni muchas organizaciones sindicales y sociales mayoritarias.
Además, se terminó aquello de revertir las privatizaciones y no ahondar en ellas. Se mantendrán las Listas de Espera como coartada para seguir justificando derivaciones de pacientes, se incrementarán los conciertos sanitarios para rescatar a la sanidad privada y la pública, será sometida a una agonía sin precedentes, a merced de los recortes laborales y asistenciales.
Y es que los poderes fácticos quieren más. Entienden que es hora de cobrarse en recursos públicos “los favores” del corredor comercial con Shanghái para adquirir los EPI, muchos defectuosos, y hacer caja con la pandemia. Mientras, la ciudadanía y el conjunto de la clase trabajadora agonizan y el gobierno del PSOE, Podemos y Nueva Canarias a lo suyo: a distraer la atención de la pandemia, a pedir turistas y a continuar ofreciendo a los canarios como cobayas.