EN RECUERDO Y PETICIÓN

Porque creo profundamente que los gestos, las palabras y los actos tienen que ser muestra de algo que está en lo recóndito del alma; desde que comenzó esta cruel catástrofe encendemos la chimenea en mi casa para que a la vez que arden cosas viejas, madera que estaba preparada para tirarla nos sirva para calentar las tardes en la familia.

Además he encendido velas todos los días.

Muchas de ellas guardadas desde hace meses e inservibles hasta que las saqué del mueble donde las guardábamos.

Pido con ellas por mi familia, las amigas y amigos, las personas que están trabajando al servicio de toda la sociedad (sanitarios, policías, taxistas, personal de los supermercados,…), por los niños y niñas, por los mayores y también con todo mi corazón, por los enfermos y enfermas que han llegado a la muerte sin tener la posibilidad de agarrarse a las manos de un ser querido en el momento de dejar esta vida.

Es algo que entiendo como protección de los que pueden contagiarse pero que me parte el alma en dos cuando pienso en sus últimos segundos de vida.

Parece todo ello una historia de la peste en la Edad Media pero nos ha tocado vivirla a nosotros en pleno siglo XXI

Todo lo anterior desde una íntima y sincera esperanza en que saldremos adelante, en que todo volverá a la normalidad pero a la vez entendiendo que en algo que aún no acierto a ver tendremos que cambiar.

Pensando en ello encendí dos vela esta mañana y una de ellas me mostró ese pequeño mensaje.

La vida nos habla en todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

¡¡¡Feliz fin de semana!!!!