Hoy me han llamado desde Morro Jable Jandia para comunicarme que Encarna Fernández, mi amiga, mi compañera de profesión y, por el trato y el afecto que nos profesamos, también parte de mi familia, ya concluyó su camino en esta vida.
Mujer creyente, de profundas convicciones y valores, comprometida toda su vida con la gente del Morro. Fue maestra, directora del colegio y concejala en el ayuntamiento de Pájara por Asamblea Majorera, cuando la democracia se abría paso entre nosotros.
Compartí contigo mis primeros años como maestro en Morro Jable (1985-1987) y, a partir de ahí, se fue fraguando un vínculo familiar entre nosotros. Cuánto tiempo compartido en estos treinta y cinco años.
Varios veranos nos dejaste tu casa y tu coche, porque el compartir formaba parte de tu esencia. Más importante fueron tus consejos, tus palabras, algunas las guardo como tesoros de vida.
Durante un tiempo, en Gran Canaria, por problemas de salud, estuviste viviendo en casa de mi madre, nos acompañaste en nuestra boda, celebramos juntos tu jubilación y, cuando íbamos a Fuerteventura de vacaciones o tú venías a las revisiones médicas a Gran Canaria gozábamos del reencuentro y nos poníamos al día de nuestras vidas.
Tu testimonio, tu generosidad y tu compromiso con los que más lo necesitan es y serán las huellas que hacen que sigas presente entre nosotros, en aquellos que fueron tus alumnos y tus alumnas, en tus vecinos del Morro, a los que querías y sentías tuyos, en todos los que tuvimos la dicha de encontrarnos contigo.
Conociéndote, no tengo la menor duda que, ese corazón cansado que hoy se ha parado, volverá a latir desde la eternidad y nos seguirá acompañando en nuestro camino.
Un abrazo enorme a sus familiares, a sus sobrinos, especialmente a Gustavo, que me llamó esta tarde, porque según él: “mi tía quería que tú te enteraras de su partida”.
Fd.- Manuel García Morales.