La improvisación y la mala gestión de nuestros dirigentes (directora de centro, administrador y supervisoras de enfermería) está recayendo sobre los profesionales de enfermería y lo consideramos no solo una falta de respeto a nuestro trabajo y esfuerzo durante todos estos meses sino también una falta de respeto a nuestra imagen y dignidad profesional. A comienzos del mes de marzo, esta crisis sanitaria nos cogió a todos desprevenidos, y, entendimos entonces que la falta de organización y previsión era generalizada y asumimos la situación como cada uno buenamente podía ya que tuvimos que soportar las carencias de material, la mala organización y lo que es peor aún, las críticas y las burlas de nuestras supervisoras y de nuestra directora de centro, cuando nos poníamos mascarillas para evitar el contagio a nuestros mayores. Nos tildaban de alarmistas e histéricas. Entendíamos, que siendo nosotros los únicos vectores de transmisión, al estar suspendidas las visitas y el tránsito de otras personas que no fuéramos los trabajadores esenciales, era nuestro deber hacer todo lo posible para evitarles un contagio a nuestros usuarios. A pesar de los contratiempos y desavenencias que tuvimos con la cadena de mando y asumiendo las indicaciones que se iban dando por parte del Gobierno de las que sí se hicieron eco nuestros dirigentes, logramos no tener ningún contagio a pesar de no contar con el material de protección necesario y de tener muchas momentos de tensión y desacuerdo con los gestores al respecto de la tan nombrada sectorización de los usuarios, rotaciones del personal, uso de zonas comunes, zonas de tránsito, entradas y salidas del personal, visitas familiares, etc. Un sinfín de problemas. Durante la desescalada asumimos cuantas indicaciones se nos dieron desde la supervisión de enfermería y la dirección. Advertimos desde nuestro colectivo que había que tomar medidas organizativas para afrontar un rebrote que ya veíamos venir y no se nos hizo ni el más mínimo caso. La comisión de Covid-19 de nuestro centro daba indicaciones de lo que teníamos que hacer los trabajadores asistenciales pero no de lo que tenían que planificar los gestores,eso sí, fueron ellos los que incumplieron algunas de las medidas allí establecidas como la de realizar pruebas de PCR a las nuevas incorporaciones de trabajadores, mantener los circuitos de entrada y salida, procedimientos asistenciales de aislamientos ,etc.,
En la actualidad, afrontamos una emergencia sanitaria en nuestro centro pues contamos con un número elevado de usuarios y trabajadores afectados por la covid 19 y desde aquí queremos denunciar públicamente nuestra disconformidad con la intervención que se está llevando a cabo para paliar este brote por parte de la dirección del centro y la supervisión y que nos está llevando al caos absoluto y a la rápida propagación de este virus entre los usuarios y trabajadores. Contamos con una unidad de covid que carece de procedimientos de trabajo, personal capacitado por falta de previsión en su formación, falta de equipos EPI reglamentarios, falta de DUE en esta unidad y falta de supervisión y de PRL. Se han tomado medidas insuficientes y se han relajado más que suficientemente en otras. Queremos expresar nuestra disconformidad ante la falta de previsión, organización, y en general de gestión que nos ha llevado a sufrir esta situación y pedimos que nos doten de las herramientas necesarias para poder contener este virus y poder dar a nuestros mayores la misma calidad de atención que siempre hemos dado, pedimos que se nos respete y se respete nuestro criterio y nuestro trabajo, pedimos que asuman el mando y la responsabilidad que tienen nuestros gestores ante esta tremenda calamidad que no hemos podido ni nos han dejado evitar. Queremos que los usuarios y sus familias están seguros, tranquilos y confiados. Nosotros, los trabajadores de atención directa estamos, sin duda, luchando para que así sea.
Canaria