Una gran exposición muestra en el Centro Comercial El Muelle la rica heterogeneidad de la cultura nipona que oscila entre tradición y modernidad 

Buena parte de la rica y diversa cultura de Japón cabe en los casi mil metros cuadrados en los que se exhibe la muestra ‘Japonea’, que hasta final del mes de septiembre ofrece en el Centro Comercial El Muelle el legado más conocido del país del Sol Naciente.

Organizada con la colaboración de la Asociación Cultural Dentou, la exposición recoge más de un millar de objetos y artículos vinculados a la cultura japonesa, en los que el público puede apreciar desde las delicadas y frágiles formas del arte del papel plegado (origami), a las singulares muñecas Dollfie Dream del ingeniero Danny Choo que se venden en medio mundo por más 500 euros, pasando por los llamativos e informales yukatas de algodón que tanto hombres como mujeres visten en verano.

‘Japonea’ ofrece hasta el 10 de octubre a los más atrevidos talleres gratuitos de distinta naturaleza de unos 45 minutos de duración aproximadamente, y para un cupo de diez personas. De sumi-e, una técnica ancestral de dibujo oriental monocromático en tinta negra, de ikebana (el arte floral mediante el cual las mujeres comunican un mensaje doméstico íntimo), de origami, de shodo o caligrafía japonesa que los monjes budistas japoneses importaron desde hace siglos de China o de música tradicional, que correrá a cargo de la profesora afincada en Lanzarote, Yasuyo Tsuchiya. que interpretará mantras acompañada de diferentes instrumentos japoneses.

Tradición y modernidad

La exposición ocupa dos grandes salas del centro comercial cuyo contenido pretende ofrecer varias perspectivas de Japón festivo y tradicional. De una cultura que ha resistido el paso del tiempo balanceándose entre la tradición de las costumbres y la modernidad, entre pasado y presente. En esa evidente fusión radica la magnética atracción que ejerce Japón sobre los occidentales.

En muchas de las manifestaciones manuales japonesas se percibe la huella anímica, la más personal e íntima disposición de los gestos, como se refiere Michitaro Tada en su ensayo ‘Gestualidad japonesa’. En el Japón tradicional, cualquier exhibicionismo está fuera de lugar porque transforma, en principio, lo hermoso y distinguido, en feo y vulgar.

Llama la atención en ‘Japonea’ la muñeca de Choo, robotizada e impresa en 3D que se puede controlar con un smartphone. La muñeca posee su mecanismo escondido debajo de la piel de vinilo flexible y cuenta con 24 servomotores para controlar el movimiento de las manos, piernas y brazos.

Un inmenso torii da la bienvenida a todos los asistentes a ‘Japonea’. Estas estructuras en forma de arco que se colocan a la entrada de los santuarios sintoístas de Japón, simbolizan la puerta principal al mundo espiritual e indican la separación del espacio sagrado y el profano. Junto a esta réplica del torii tradicional hay tiras de papel o tanzaku en las que los visitantes pueden escribir deseos para luego anudarlos en la estructura del mismo esperando que lleguen a los dioses y se cumplan.

Abanicos, pañuelos, grabados antiguos, elementos decorativos y ornamentales típicos de los hogares nipones, juguetes y muñecas tradicionales, un jardín japonés sobre un tatami, las koinobori o cometas en forma de carpa que se cuelgan en las casas para celebrar el Dia del Niño japonés o morteros para hacer mochi, los duces típicos más populares en Japón. Todo cabe en ‘Japonea’.