La obra “Barranco abajo” cuelga el cartel de entradas agotadas en el auditorio de Valleseco

El profesor Yeray Rodríguez, con su obra “Barranco abajo” cuelga el cartel de aforo completo para su actuación en el recinto escénico del municipio de Valleseco, este sábado 14 de noviembre, una nueva apuesta por la cultura desde el Consistorio vallesequense.

Este texto fue un encargo de la Fundación Teatro Auditorio, en el que el mismo Yeray Rodríguez encarna al protagonista, un arriero que antes de migrar rumbo a la costa repasa su vida y sus recuerdos y trata de descifrar su futuro.

El texto, íntegramente escrito en verso, se entrevera con la música creada por el guitarrista Javier Cerpa, interpretada y dirigida por él mismo junto a Ner Suárez (piano, tres y acordeón), Fernando García (percusión) y Silvestre Ramírez (laúd) y las voces de los cantadores Candelaria González, que también interpreta parte del texto, y Pedro Manuel Afonso, los verseadores Francisco Sánchez y María Belén Sánchez y el Rancho de Ánimas de Valsequillo.

La obra se estrenó el 13 de diciembre de 2018 en el Pérez Galdós con la dirección de Mario Vega y el trabajo técnico de Blas Acosta e Ibán Negrín.Cuenta, además, con las impecables fotos de Nacho González Oramas, instantáneas de un paisaje de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.

SINOPSIS

Una noche del siglo pasado. La víspera de la partida, más oscura que de costumbre; una cueva en la umbría de un barranco de los adentros de la isla y una familia que junta lo poco que tiene para mudar a la costa sus vidas, sus sueños y su memoria.

El padre, arriero desde que tiene memoria, desvelado por la pena, empieza a despedirse de un paisaje que se irá con él; del cielo, que ya no le quedará tan cerca, del horizonte enorme del pinar, de la cueva que, como un segundo vientre, lo asomó al mundo y de la memoria de los que abrieron los caminos que ya solo sirven para irse. Durante las horas previas al viaje, como dicen que antes de morir, su vida pasará por delante de sus ojos; su vida y la de sus antepasados, los que murieron donde nacieron, los que siempre acabaron volviendo. Y con ellos cruzarán su vida y su incertidumbre las palabras que explican el mundo, los cantares que enamoraban o encendían el pleito, las brujas y los muertos que hablan con los vivos, el miedo a la noche del pinar, las historias que mantenían con vida a los que ya no estaban, los versos de algunos que guardaban la memoria de todos…

Casi nadie quiere irse de donde nació. Ni siquiera se van los que se fueron.