La vendimia ya ha comenzado para las bodegas de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Gran Canaria. El pistoletazo de salida fue en San Bartolomé de Tirajana, continuando en Santa Lucía, Gáldar, Agüimes, Agaete y Las Palmas de Gran Canaria. En términos generales, la calidad de la uva es buena, aunque la producción va a ser menor a la esperada. Este hecho es debido, principalmente, a la falta de lluvia. En concreto, las viñas de secano han sufrido de manera importante este estrés hídrico.
En términos numéricos, se reporta un total de 47.285 kilos por los 16.968,50 del año pasado en esta temporada. De ellos, 32.216 kilos son de uva blanca y 15.070 de uva tinta, según datos aportados al Consejo Regulador Vinos de Gran Canaria. La vendimia comenzó el 11 de julio en los viñedos de San Bartolomé de Tirajana. A mediados de julio ya comenzó la Bodega Vega de Gáldar a recoger la uva blanca. El 24 de julio arrancó Viña Aguayro en Los Corralillos (Agüimes), mientras que Losoyos, en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, inició sus trabajos el 25 de julio, tres semanas antes de lo que es habitual. Por su parte, bodegas como Bodega San Juan – El Mocanal, en Bandama, comenzarán en breve a vendimiar, en cuanto terminen los controles de azúcar.
Las bodegas han realizado un esfuerzo de mejora de maquinaria y de proceso de cosecha, para ofrecer un producto de la máxima calidad. Bodegas como Vega de Gáldar realizan un tratamiento biodinámico de la uva y controlan las plagas con remedios naturales. Además, compraron lagares nuevos e hicieron otras actualizaciones en la bodega. El Mocanal, por su parte, lo hace todo a mano y está en proceso de convertir su producto en ecológico.
El sector espera recuperar el pulso tras el parón por la crisis sanitaria. Confían en la reactivación del canal HORECA y algunas bodegas, como Viña Aguayro o El Mocanal, están iniciando las visitas guiadas con cita previa. El objetivo sigue siendo el mismo, obtener un producto con altos estándares de calidad, en algunos casos ecológico, que tanto las cadenas de distribución como el consumidor final conciban como tal. Ese es el elemento diferenciador de los vinos de Gran Canaria y su seña de identidad.