El Pleno del Ayuntamiento de Gáldar aprobó el pasado jueves por la unanimidad de todos sus grupos la concesión de la Medalla de Oro de la Real Ciudad de Gáldar al Grupo Folclórico ‘Los Cebolleros’, que el pasado 1 de septiembre cumplió sus bodas de oro al celebrar el 50 aniversario de su fundación.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gáldar, Julio Mateo, explicó los motivos que justifican la concesión del reconocimiento de la corporación municipal a ‘Los Cebolleros’, uno de los grandes exponentes del folclore canario que durante medio siglo ha protegido un patrimonio cultural intangible, como es la música tradicional canaria, difundiendo los valores de la cultura popular y el nombre de la ciudad de Gáldar por tres continentes: Europa, África y América.
En los mismos términos se pronunció el alcalde del municipio, Teodoro Sosa, quien se refirió a la agrupación como los “grandes embajadores de Gáldar”, además de recordar algunos de los nombres propios que han formado parte de la agrupación a lo largo de su historia: Juan Quintana “El Claca”, Juan Gutiérrez, Antonio Martín, Romualdo Mederos, los hermanos Rodríguez, Pancho Saavedra, Pacuco Molinos, Mari Naty Saavedra, Cene Dámaso, Néstor Rodríguez, Carmelo Jiménez o, por supuesto, Nicolás Rodríguez ‘Colacho’, Hijo Predilecto de Gáldar y alma máter de la agrupación.
Fue en el verano de 1970 cuando la visita del grupo Los Sabandeños al municipio prendió la llama musical en un grupo de jóvenes de Gáldar. La ilusión por tocar como los integrantes del grupo que por aquel entonces era el principal referente musical del archipiélago hizo que surgiera la idea de crear un grupo folclórico.
Fue entonces cuando germinó la creación de Los Cebolleros, con la intención de acudir a la Romería del Pino de Teror ese mismo año junto a la representación del municipio. Se unieron en torno a este proyecto hasta 30 jóvenes galdenses que, con la mediación de Juan Manuel Suárez, lograron convencer a veteranos tocadores del municipio que aportaron la experiencia y el conocimiento musical, que junto a la ilusión y ganas de la savia nueva fue una combinación perfecta para que Los Cebolleros irrumpieran en el panorama musical canario con un rotundo éxito.
Ataviados con la vestimenta que con el paso de los años se convertiría en ‘santo y seña’ de la agrupación: camisa blanca, pantalón y chaleco negro, una combinación que se utilizó en Gáldar en los últimos compases del siglo XIX y principios del siglo XX, siendo conocida en aquel entonces como una ropa de medio luto que se solía utilizar los domingos, el grupo se propuso mantener la tradición de grupos como Los Viejos de Gáldar, Los Hijos de La Noche, la Parranda de Rojas o Princesa Tenesoya y de un pueblo “humilde y trabajador”.
Pero no fue hasta el 18 de diciembre de 1970 cuando, en un teatro municipal repleto de vecinos, tenía lugar la presentación oficial del que es hoy día el grupo folclórico más antiguo de la comarca ante los vecinos de la ciudad.
Desde entonces, y aunque Gáldar ha sido el epicentro de sus actuaciones, han visitado todas y cada una de las Islas Canarias participando en los festivales y romerías más importantes del archipiélago. A nivel nacional han visitado Madrid, en 1990 y 2010; Valladolid, en 1990, 1995 y 2010, Salamanca, en 1995; Palencia, en 2010; Castellón, en 2016 y Fraga, en Huesca, en 2019. Internacionalmente ha actuado en tres continentes: Portugal, en 1995, dentro del continente europeo; Marruecos, en 2010, en el continente africano y Estados Unidos, en 2012 y 2016, en el continente americano.
Los Cebolleros han editado siete discos en los que se recogen las diferentes etapas del grupo y sus componentes, además de aglutinar en ellos el rico y variado repertorio que han interpretado a lo largo de su historia. En el último trimestre de este año 2020, y si las condiciones sanitarias lo permiten, verá la luz el octavo trabajo discográfico que aglutinará al menos un tema tradicional de las ocho Islas Canarias.
Uno de los rasgos distintivos de la agrupación es la transmisión del folclore como la expresión espontánea del pueblo, a pesar de la evolución artística que ha tomado la interpretación de la música tradicional canaria en las últimas décadas. El repertorio aglutina géneros de todas las islas, pero eso sí, guardando lo más fielmente posible la forma de tocar y cantar de cada sitio de origen, sobre todo a la hora de interpretar las isas, folías o malagueñas, en las que el solista deja su impronta y los tocadores deben seguirlo, haciendo de esta forma de tocar y cantar un verdadero valor añadido en pleno siglo XXI.
Aunque la música de autor de raíz folclórica en la década de los ochenta del pasado siglo hizo que el grupo saliera a escena renovado y con un rotundo éxito con canciones como ‘La Magua’, ‘El Canario del Monte’ o ‘La Barca’, de Antonio Padrón; ‘Piedras de Barranco’, de Manuel Sosa o ‘Los Lavaderos’ de Sebastián Monzón, la música tradicional canaria ha sido el pilar fundamental en el repertorio del grupo con canciones como ‘El Caracol’, ‘Camino de Marmolejo’, que se le atribuye a Los Hijos de La Noche, ‘Vicente y José’ o ‘¡Ay! Juventud’, que se le atribuye al binomio formado por Juan Gutiérrez y Antonio Martín.
Probablemente ni Colacho Rodríguez ni el resto de jóvenes fueron conscientes cuando fundaron la agrupación que contribuirían de una especial manera al rescate, divulgación y legado de los géneros musicales del municipio de Gáldar y de la comarca noroeste de la isla de Gran Canaria. Los rescates a lo largo del tiempo han sido muchos, canciones tan importantes como la ‘Isa de Los Viejos’, ‘Baile de Cinta’ o ‘El Paraguas’, ‘Malagueñas de Los Viejos’, el corte en las ‘Folías Antiguas de Gáldar’, ‘Polca de Los Viejos’, ‘Isa de Gran Canaria’, ‘Malagueñas de Gran Canaria’, ‘Adiós dulce niño’, etc. La divulgación ha sido la principal misión del grupo, ya que por donde quiera que ha actuado ha llevado el repertorio de Gáldar por bandera, dando a conocer tanto en el municipio como la riqueza musical que atesora el noroeste grancanario.
Todas ellas razones más que justificadas para la concesión de la Medalla de Oro de la Real Ciudad de Gáldar a Los Cebolleros, cuyo acuerdo incluye la entrega del reconocimiento en un acto solemne a celebrar una vez la situación sanitaria lo permita en condiciones de seguridad.