Nos cuenta la tradición que el 16 de julio de 1251, la Virgen del Carmen se le apareció a San Simón Stock, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. La Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo; afirmación recogida en la llamada Bula Sabatina, promulgada por el Papa Juan XXII en el año 1322.
Desde ese momento, la Santísima Virgen del Carmen se convirtió en la intercesora de las Ánimas del Purgatorio y Valedora de todos los Difuntos. Así la vemos en diferentes expresiones artísticas relacionadas con las Ánimas.
Por ello, esta veneración recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldada por el Vaticano hasta la actualidad, en especial lo referente al escapulario.
De ahí, que templos y casas se llenaran con la representación de la Virgen del Carmen salvando a las Ánimas del Purgatorio que adornaba los hogares y ante la que se encendían velas o las famosas mariposas flotando en aceite y agua.
El patronazgo de la Virgen del Carmen sobre la mar tiene un origen posterior.
En el siglo XVIII, un almirante mallorquín -Antonio Barceló Pont de la Terra- devoto del Carmen, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo y el de Nuestra Señora del Rosario por el de la Virgen del Carmen.
Esta vinculación con la Armada se afianzó desde el 19 de abril de 1901, fecha en la que la Reina Regente, Doña Maria Cristina de Habsburgo y el Ministro de Marina Don Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de Veragua, refrendaban con sus firmas la Real Orden por la cual se la proclamó Patrona de la Marina de Guerra.
LA SALVE MARINERA
Esta «salve» -que ya puede considerarse como himno no oficial de la Marina Española- pertenece a la zarzuela «El Molinero de Subiza», compuesta en 1870, con letra de Luis de Eguílaz y música de Cristóbal Oudrid.
Inspirándose en el coro anterior, Mariano Méndez de Vigo y Jesús Montalbán Vizón (arreglos musicales) confeccionaron la Salve Marinera, la cual comenzó a ser cantada en este navío y luego fue extendiéndose a otros barcos de guerra y dependencias de la Armada.
En 1942, el estado la convirtió por decreto ministerial en la Salve Marinera coexistiendo con el himno oficial del cuerpo.
Y así se ha cantado desde entonces no sólo por parte de la Armada Española, sino también en cientos de celebraciones religiosas.
Salve Marinera (letra de Mariano Méndez Vigo)
¡Salve!, Estrella de los mares,
de los mares iris, de eterna ventura.
¡Salve!, ¡oh, Fénix de hermosura!
Madre del Divino Amor.
De tu pueblo, a los pesares
tu clemencia dé consuelo.
Fervoroso llegue al cielo
y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor.
¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares.
¡Salve!, Estrella de los mares.
Sí, fervoroso llegue al cielo,
y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor.
¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares,
Estrella de los mares,
¡Salve!, ¡salve!, ¡salve!, ¡salve!.
PARA ESCUCHARLA:
José Luis Yánez Rodríguez
Cronista Oficial de Teror