La ermita de San Juan de Guía, declarada BIC por el gobierno de Canarias en diciembre de 2018, está totalmente en Ruina. Acaba de caerse la mayoría de su techumbre sobre los bienes muebles que quedaban dentro y la puerta abierta y destrozada deja ver dentro una imagen desoladora.
Las imágenes que se encontraban en su interior hace tiempo que están en manos de los vecinos puesto que ya amenazaba ruina, cosa que por desgracia ya ha terminado por ocurrir.
Hace justo ahora dos años, el Alcalde Pedro Rodríguez presumía sonriente en un artículo que podemos observar aún en el portal del Ayuntamiento de Guía, de estar orgulloso de haber reanimado en 2011 un proyecto para convertir en BIC la ermita de San Juan. Y desde Coalición Canaria de Guía, le preguntamos ¿para qué?.
Resulta más que evidente su sensibilidad con el Patrimonio con el pueblo del que es el máximo regidor, pero lo que es más hiriente su falta de pudor al despreciar los avisos de los vecinos y los grupos de la oposición que le han hecho llegar el estado en que estaba la ermita.
Por supuesto esta desidia que ya es más que palpable en muchísimos elementos de nuestro patrimonio que es ninguneado y obviado de manera continuada.
El conjunto Histórico, La Casa Natal del Canónigo Gordillo, El Cenobio de Valerón, La Iglesia de Guía, El Tagoror del Gallego, Guía cuenta con una gran número de bienes de interés con máxima protección legal,- que no efectiva- que se encuentran sin ningún tipo de mantenimiento ni de proyecto, más que aquellos que se usan a diario como la Parroquia de Santa María de Guía, los parches del Conjunto Histórico o el Cenobio que se encuentra gestionado por una empresa, el resto del patrimonio está olvidado, abandonao y como vemos en este caso totalmente arruinado.
Desidia y podíamos decir que desprecio por el patrimonio y por la memoria del pueblo es lo que emana de este alcalde que se dedica a sonreir para la foto y a abandonar luego el patrimonio y la Historia de Guía
El caso de la Casa Quintana es un hecho más que palpable, tuvo que ponerse manos a la obra después de que los vecinos le afearan de manera continuada el mal estado de un edificio emblemático del pueblo. Otros episodios que están pendiente de resolución son los de Villa Melpómene, del que no se nos ha dado información o del eterno expediente sobre el edificio de Los Salesianos.
Este caso de la Ermita de San Juan no es sino la gota que colma el vaso: un Bien de Interés Cultural totalmente arruinado menos de dos años después de ser declarado. Y no hay disculpa, de la misma manera que se presume de haber iniciado el expediente para delaracion de BIC, se debería haber empezado un expediente similar al que está abierto para la Casa Quintana que forzara al mantenimiento del edificio; o similar al que se realizó en su día para adquirir la propiedad de la casa Natal del Canónigo Gordillo.
Guía se está convirtiendo en la ciudad del patrimonio arruinado, gracias a un alcalde que simplemente no le importa ni el pasado ni el presente y mucho menos el futuro de Guía y su ciudadanía.