«TENEMOS QUE LLEGAR A SER EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO» -Mahatma Gandhi-
Si colocamos esta cita pensando sobre cómo deben hacerse las cosas en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo mundial, no la estamos entendiendo.
Es habitual culpar y responsabilizar a otros de las cosas que ocurren y nos afectan directa o indirectamente. Y ciertamente cada uno tiene su responsabilidad sobre lo que sucede. Ocurre que nos olvidamos de que entre ellos estamos cada uno de nosotros. Quiere decir que también soy actor de este teatro de la vida y por lo tanto no puede quedarse fuera de la escena.
Juzgar a los demás
Juzgar a los demás es tan fácil como abrir la boca para vomitar (impulsado por el malestar acumulado, probablemente debido a la ingesta voluntaria de alimentos o bebidas). Al hacerlo nos sentimos aliviados para en breve volver a las andadas, y , o en tal caso acudir a pedir ayuda de emergencia a otros.
Queremos que las cosas funcionen bien, que el mundo esté en paz, queremos que todo sea tal como idealizamos. Pero que lo resuelvan otros. Quién corresponda.
Y si te preguntas sobre lo que puedes hacer tú;
Qué puedes hacer tú para evitar el hambre en el mundo
Qué puedes hacer para que haya más solidaridad entre las personas
Qué puedes hacer para que no haya violencia de ningún tipo
Qué puedes hacer tú para que la honradez, transparencia y eficacia sea el denominador común en la gestión, en todos los ámbitos que se mueven los humanos.
Qué puedes hacer tú para mantener un planeta saludable, sin que los residuos contaminen el medio ambiente.
Podrías continuar haciéndote muchas preguntas más, todas las que sean motivo de preocupación para ti. Pero conviene recordar que las preguntas deben estar motivadas por una reflexión tras analizar una situación concreta, de ahí surge la «pre-ocupación». Acto seguido dejamos atrás la -pre- y comenzamos la -ocupación-.
«Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive» – Gabriel Marcel-
Ocuparse de lo que te preocupa es un acto de coherencia que define el modelo de vida. Así pues, reconociendo tus capacidades y posibilidades, actuarás en consecuencia y cuidarás mucho las palabras que expresas exigiendo o juzgando a los demás. Esto sin duda te permitirá actuar como una persona más reflexiva y serena que da respuesta a sus inquietudes y afronta las adversidades con mayor ponderación y destreza.
«No olvides sustentar tu discurso con lo que haces. Cualquiera habla, muy pocos actúan: se llama coherencia.» – Walter Riso-
Coherencia
Bien, no se trata de tocar la moral y dar lecciones de moralidad. Se trata de colocar la atención en el momento presente, en el ahora. Eso tan solo se puede hacer individualmente, al hacerlo tomamos consciencia de que la vida es nuestra vida, de que el mundo entero es nuestro mundo individual y a partir de ahí en ese estado de consciencia eres un ser más de este planeta que forma parte de un universo mayor en el que nuestra presencia tiene el mismo valor que el más grande y prestigioso de los humanos y el mismo que el más humilde y diminuto de los seres que conocemos o imaginamos. Cada uno de ellos vive y experimenta su propio mundo, pero que todos somos parte indivisible de un mundo mayor. Que la unicidad es y será aunque la neguemos, negar no te da derechos ni ventajas.
Regular la atención
Es muy importante regular la atención: podemos reconocer cuando nuestra atención es capturada y devolverla a voluntad donde deseamos estar; podemos estar en el pensamiento continúo asociado al ruido externo. (Con ello estaremos constantemente en un estado de preocupación que genera ansiedad, angustia y frustración, incluso podríamos crear expectativas, aunar esfuerzos con otros sumando voluntades y luchas basadas en cambiar lo que no nos gusta sin meditar hacia donde y desde donde nos impulsamos.)
No estamos educados para hacer preguntas y mucho menos para hacerlas a nosotros mismos. Preguntar siempre tiene sentido, para ello necesitamos la serenidad precisa , el silencio necesario y la distancia adecuada. Estos tres elementos constituyen la base del pensamiento crítico que nos permite indagar desde el SER que somos, y CREER en nuestras capacidades para CREAR nuestro presente.
«La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía.» -Mahatma Gandhi-