En el año 1975 la ONU declara el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y desde entonces se viene conmemorando como tal, con la implicación de distintas entidades y colectivos en la elaboración de acciones y campañas que nos mantengan viva en la memoria del por qué de la celebración de ese día, que si bien en un primer momento reclamaba más la igualdad de la mujer trabajadora hoy por hoy reivindica más su rol en la sociedad, todos sus derechos y libertades.
En el año 2021, el mes de marzo también es recordado por el primer aniversario de la llegada de la pandemia Covid-19, una circunstancia que en España nos ha venido a poner de manifiesto y a hacer visible el papel de los cuidados, a los que siendo esencial para la vida se les ha otorgado tan poco valor.
Según la Encuesta de Población Activa, en 2019 hubo cerca de 200.000 personas ocupadas en cuidados de domicilios y 428.000 empleadas de hogar, aunque es difícil estimar el mercado laboral debido a la economía sumergida. Son muchas las mujeres que en situaciones de desigualdad, vulnerabilidad y pobreza trabajan en ésta economía para poder subsistir ( cuidadoras, limpiadoras, prostitutas…), permaneciendo invisibles y carentes de ciertos derechos y privilegios. Para los cuidados en el hogar, muchas familias contratan de forma sumergida a rostros femeninos que mayoritariamente son inmigrantes.
Cuando echamos un vistazo a la Estrategia de vacunación COVID-19 y sus recomendaciones así como la justificación ética de priorización atendiendo a los principios de necesidad, equidad y reciprocidad, se me plantea el dilema de esas mujeres que sin estar registradas como cuidadoras hacen ese trabajo de cuidados de forma irregular porque en España no está permitido contratar a una cuidadora a través de la Ley de Dependencia, y en qué medida estamos potenciando la desigualdad , la privación de derechos y libertades en los distintos ámbitos de la vida de esas mujeres y poniendo en riesgo su salud y la de quienes cuidan.
Sigamos conmemorando el Día Internacional de la Mujer poniendo el énfasis en la resolución de las situaciones y circunstancias que día y a día y a lo largo del tiempo no solo hace que se perpetúen desigualdades, sino que se agraven.