Siempre estuvo allí, a tu lado, sin que lo vieras.

Transparente y momentáneo, ha caminado a tu lado por las calles.

Se ha sentado contigo en un café, y leído con tus ojos los libros de la vida.

Ha escuchado tus oraciones cuando las rezabas desde la soledad de tu salón.

Te ha sujetado con sus manos para que no cayeras al vacío.

Te susurró al oído palabras bonitas, para que vencieras tus tristezas.

Evitó que el cielo te llamara y que siguieras viviendo aquella noche.

Te ha tapado al sentir que tenías frío y te alivió del calor, abriendo las ventanas para que te refrescaras.

Te protegió de la luz corriendo los visillos, evitando así que te despertarás.

Te hizo sombra para que el Sol no te quemara.

Y te proporcionó agua fresca cuando sediento te encontrabas.

Te aseguro, que aunque tú no lo veas siempre está a tu lado.

Porque sin saber bien el como ,ni el por qué, él es tu Ángel de la guarda.