Barrotes de ilusiones oxidados, por la humedad del tiempo que se consume en soledad.
Siniestra y oscura cárcel de vida, donde el alma habita entre tinieblas.
Escribir un poema teniendo encarcelado el corazón, equivaldría a traicionar mis sueños de enamorado.
Y un escalofrío me recorrería el cuerpo como la hiedra, más en mi interior, solo quedaría el vacío.
Por ello no podré jamás escribir versos de amor, sí sufro atrapado por la indiferencia de aquellos que me leen.
¡Qué cosas!