No sé cómo contarte lo mucho que te siento; ese recuerdo que como un arma se carga y disparas a bocajarro.
Es como la fría daga del amor clavada en mi corazón en una tarde de gracia.
O de una noche cualquiera al doblar una esquina oscura, mientras en tu busca recorro las calles.
O simplemente, cuando te espero sentado en la mesa perdida de nuestro viejo café.
No sé cómo contarte que jamás he dejado de quererte amor mio.
Es como el vertical suspiro del cielo, que aparece de pronto como una exaltación del infinito.
Solicitud urgente del recuerdo vivo, inevitable luz de tu alma en armonía.
No sé cómo decirte que mis labios no olvidan la suavidad de los tuyos.
Sigo soñando con tu regreso y que no olvides la mirada enamorada de mis ojos claros.
Tanto te quiero, que iré por dónde me pidas que vaya, y por tu amor, hasta moriré dónde me pidas que yo muera.