El Cáncer no me acobarda

No tanto por la edad y sí por circunstancias sociales y profesionales, he tenido la posibilidad de tratar con personas y familiares durante procesos de duelo, así como  ante  enfermedades prolongadas, algunas irreversibles.  Más que una tarea, es vocación, disposición para acompañar a las personas en circunstancias extraordinarias para las cuales no se suele estar preparado. 

Las enfermedades graves y la muerte son temas tabú de los que no gusta hablar, especialmente cuando se produce en el ámbito cercano o familiar. Entre otras consecuencias, ocurre que cuando llegan a nuestra vida no sabemos como actuar; reaccionamos, nos auto-engañamos, mentimos, escondemos o lo tratamos brusca y dramáticamente en vez de encontrar respuestas asertivas que nos permitan gestionar las emociones que se derivan de esa coyuntura.

Directamente paso a contarles brevemente las circunstancias que estamos viviendo estas últimas semanas ante la enfermedad de nuestro amigo Rafael Galvan Hernández. 

Rafael padece un cáncer irreversible que según la ciencia médica no se puede tratar, tan solo se le está aplicando cuidados paliativos. (por cierto, el personal sanitario que los aplica tienen un alto nivel profesional y humano, palabras de Rafael).

Su actitud está sorprendiendo a muchos, por la entereza y aceptación que mantiene. Le hacía ilusión publicar un poemario, también hablar y conversar sobre su intensa vida. Para ello ha contado con la inestimable complicidad y apoyo de su esposa Paquí Purriños, que a su vez  ha involucrado a un buen grupo de amistades para hacer posible que los sueños de su esposo se cumplieran.

Dice Eckhart Tolle que: 

“LA RENDICIÓN ES UNA SABIDURÍA SIMPLE pero profunda que implica ceder más que oponerse al flujo de la vida. El único lugar donde puedes experimentar el flujo de la vida es el ahora; por tanto, rendirse es aceptar el momento presente incondicionalmente y sin reservas. Es renunciar a la resistencia interna a lo que es. Resistirse internamente es decir «no» a lo que es mediante el juicio mental y la negatividad emocional. La resistencia suele agudizarse cuando las cosas «van mal», lo que significa que hay una distancia entre las demandas o rígidas expectativas de tu mente y lo que es. En esa brecha anida el dolor. Si has vivido lo suficiente, sabrás que las cosas «van mal» con bastante frecuencia. Es precisamente en esos momentos cuando tienes que rendirte si quieres eliminar el dolor y el sufrimiento de tu vida. La aceptación de lo que es te libera inmediatamente de tu identificación mental y vuelve a conectarte con el Ser. La resistencia es la mente. La rendición es un fenómeno puramente interno, que no implica que en lo externo no puedas emprender acciones para cambiar la situación. De hecho, para rendirte no tienes que aceptar la situación general, sino sólo el pequeño segmento llamado el ahora. Por ejemplo, si mientras vas conduciendo por el campo te quedas atascado en medio del barro, no dirás: «Vale, me resigno a quedarme atascado.» Resignación no es rendición. NO TIENES POR QUÉ ACEPTAR UNA SITUACIÓN DE VIDA DESAGRADABLE O INDESEABLE. Tampoco tienes que engañarte y decirte que no tiene nada de malo. No. Reconoces plenamente que quieres salir de ella, y entonces limitas tu atención al momento presente sin ponerle ninguna etiqueta mental. Eso significa que no hay juicio sobre el ahora. Por tanto, no hay resistencia ni negatividad emocional. Aceptas el momento tal como es. Después te pones en acción y haces todo lo posible por salir de la situación. Eso es lo que denomino acción positiva. Es mucho más eficaz que la acción negativa, surgida de la ira, de la desesperación o de la frustración. Hasta alcanzar el resultado deseado, continúas practicando la rendición negándote a etiquetar el ahora.”

 

En cierta manera esta es la actitud que ha tomado nuestro querido y entrañable amigo.

Sin lugar a dudas un ejemplo a seguir del que tomamos nota y agradecemos profundamente..

Aquí les dejamos en enlace con la entrevista que hemos realizado, un testimonio vital que continúa disfrutando en estas circunstancias tan especiales.

 

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