Los mayores de Gáldar no están ni se sienten solos, porque a través del Programa “Mayores Acompañados”, puesto en marcha por la Concejalía del Mayor del Ayuntamiento de Gáldar, se ha logrado que 44 personas mayores del municipio hayan accedido y se hayan beneficiado de este servicio de acompañamiento y ayuda en domicilio, mejorando su calidad de vida, pero sobre todo, evitando su aislamiento y haciéndoles partícipes de la vida social del municipio.
El alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa, y la concejala del Mayor, Dolores Delgado, visitaron este jueves a dos beneficiarios de este programa: Carmen Ramírez Auyanet y Alfonso Reyes Díaz, residentes en el casco de Gáldar y en Barrial, respectivamente, quienes expresaron cómo se sienten y que les ha aportado esta iniciativa.
En sus hogares se respira esa sensación de que son felices por poder contar con la ayuda, pero sobre todo, con el acompañamiento de las auxiliares e integradoras que pertenecen a la empresa Asidma, adjudicataria de este servicio. Y para sus familias también es un gran apoyo contar con esta ayuda extra.
Don Alfonso Reyes, de 91 años de edad, sigue aún muy activo y le cuenta al alcalde que él tan pronto juega al dominó con Marta y gana, como participa en juegos de memoria y cálculos, sonriendo al buscar la complicidad de su auxiliar. Simplemente se siente bien estando acompañado durante unas horas al día y sintiéndose que forma parte de su municipio, como en días pasados cuando tuvo la oportunidad de participar junto a otras personas mayores en cruzar la Puerta Santa del templo de Santiago y ganar el jubileo en este Año Santo Jacobeo, además de un buen desayuno con churros que disfrutaron como auténticos niños.
Y sin mayores secretos, este programa de Mayores Acompañados ha logrado también hacer feliz a doña Carmen que se siente muy a gusto y contenta de tener en casa esta compañía, poder salir a caminar acompañada, con su bastón de madera hecho por su hermano, el conocido como “alcalde chico”, Nicolás Ramírez Auyanet, y participar en actividades o manualidades que la hacen sentir rejuvenecer a sus 90 años de edad y con una memoria más que envidiable.
Tanto el alcalde galdense como la concejala del Mayor valoraron mucho este trabajo y comprobaron los lazos que se crean entre los trabajadores y beneficiarios del programa, porque ambos aprenden del otro, encontrando lecciones de vida en estos momentos que comparten.