Que la noche esté fría,
no importa,
ni que el rocío
empape tu cuerpo.
En él perdura
la llama de los hijos
del volcán,
la luz que sobre ti
Acorán vertiera.
Fuego y lava
forjaron tu imagen.
Por ella
transitan las nubes.
viaja
el pulso de la tierra.
A tu sombra
quieren vivir mis anhelos.
Solo
a tu sombra.