Llora tristemente la niña
sentada en un baúl de tristezas y penas,
llora su tristeza, llora su desgana,
sin darse cuenta que el tiempo aleja
amalgamas de recuerdos,
como el viento la hojarasca
de los cielos.
Hojas azules que van cayendo
al mar y se ahogan, verso a verso.
Y canta la niña triste en la mañana…,
El corazón la acuna para que no muera
con su puñal a cuestas,
el rio manso de su sangre
la despierta,
no llores…, no te duermas…
que el sol que brilla y la luna
que te lanza velos
te aman. Escribe versos,
escribe niña, no te mueras
aún de pena,
aunque a tu soledad la apuñalen
los cuervos negros,
aquellos siempre de tus sueños.
La niña llora, la niña canta,
la niña es el espejo de una anciana.