Hoy, 7 de abril, Día Mundial de la Salud, nos encontramos en un momento histórico en el que cuidarnos, de una forma casi impuesta e inesperada por los gobiernos, adquiere una gran relevancia.
La OMS en 1948 habla de la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Conceptos como bienestar humano entran en juego en la prevención de enfermedades y el fomento de la salud, formando parte de todo ello aspectos como la calidad de vida, el grado de satisfacción con la misma, el equilibrio emocional, nuestras fortalezas, las relaciones cálidas con las demás personas, la autorrealización, el desarrollo de nuestras capacidades…
Poniendo el acento en los aspectos relacionales, existe una conexión entre los vínculos sociales, la red de apoyo social y la salud de las personas, tomando protagonismo nociones como “apoyo social”, “sistemas de apoyo comunitarios” o “recursos del entorno”.
La pandemia ha traído consigo situaciones de estrés y displacer, miedo, pérdida de control sobre la propia vida, el empleo, la salud, la economía… y por lo tanto, reacciones o trastornos emocionales que han ido en detrimento de la salud física, mental y social.
El miedo a la muerte, la necesidad de ponernos a salvo y las restricciones aparejadas, nos han sumido en situaciones de soledad y aislamiento en muchos casos en los que a pesar de estar en conexión a través de las redes sociales y nuevas tecnologías estamos en comunicación pero no en comunidad.
En una sociedad consumista y hedonista donde nos hemos visto en privación de tantos estímulos y refuerzos positivos, nos toca hacer gestión de nuestras emociones y es labor de otros/as gestionar adecuadamente los recursos para que el impacto en nuestra salud desde un punto de vista integral, sea el menor posible.
Dejemos el siguiente mensaje esperanzador que dice “El miedo, como la idea de morir, nos hace sentirnos solos, pero la conciencia de que todos estamos experimentando una angustia similar nos saca de nuestra soledad” (Cruz, 2020).