Se suele decir que las circunstancias hacen al hombre, lo moldean, le dan forma y carácter. También puede ocurrir, (de hecho ocurre, al menos en la visión o percepción que tengo del protagonista de esta entrevista) que sea capaz de ir creando sus propias circunstancias tomando la iniciativa en todas sus acciones. Iniciarse en la aventura de viajar por el universo a través de la lectura con tan solo 7 años de edad te permite explorar muchos océanos y sus profundidades, como no, alcanzar los picos más altos del mundo conocido. No es frecuente conocer a personas con tanta profundidad en su biblioteca.
Leer de forma -bulímica- puede resultar como una trituradora de palabras, sin embargo al mantener cualquier conversación con Jesús Ibrahim, percibes que estás ante un lector de gran nivel. Su comprensión lectora le permite expresar con prudencia las opiniones sobre los libros escritos por escritores emergentes a los que da una nueva oportunidad con un significativo silencio. No se considera un crítico literario y mucho menos escritor, sin embargo su capacidad de análisis está avalada por más de 50 años como lector.
Son muchas las razones que me incitan a escribir estas letras, pues al margen de sus capacidades literarias, me encuentro con un ser humano extraordinario que no rehuye afrontar cualquier adversidad con gran asertividad. Mi amistad con él, tiene un recorrido atemporal, posiblemente ya nos conocíamos antes de conocernos. No es dado a la mística o el más allá, es un hombre de acá, de aquí, de ahora y también para siempre. Valora la amistad por encima de valores estéticos o crematísticos, muy en alza entre la flora y fauna de determinados ambientes públicos.
Esta pequeña entrevista realizada en un lugar tan definitorio, no es más que el reflejo de su pragmatismo vital y clarificadora forma de expresarse. No es fácil ante el halago ni cómodo para entrevistar pues tiene cierta tendencia socrática, de forma que te puede responder con una pregunta para la que no estás preparado. Por ello lo que le ofrecemos no es realmente una entrevista, eso lo dejamos a los profesionales del periodismo que son muchos y muy buenos en nuestra ínsula, se trata de una conversación entre dos personas que se respetan integralmente. Y no es porque sea yo el afortunado interlocutor, si algo caracteriza de forma significativa a este apátrida enraizado en Canarias es que respeta profundamente a todo aquel que se sienta con él a tomar un café aunque el café no esté sobre la mesa.