Contigo hasta el fin del mundo,
amigo mío del alma.
Estando en tu compañía
reina en mi vida la calma.
Me llevas siempre de viaje;
me transportas a otros cielos.
Siento que me salen alas,
que se despliegan y vuelo
a parajes diferentes.
Y me me adentro en sus paisajes
y en la vida de la gente
que habita en esos lugares.
Y surgen los personajes
que se mueven por la escena
entre amores y aventuras,
entre alegrías y penas.
Tú me ayudas a vivir;
avivas mi pensamiento
y me mantienes despierto.
No sería quien soy sin ti.
Cuando busco tu refugio
Tú siempre me das cobijo.
Te hablo a ti, querido libro.
Es a ti a quien me dirijo.