Así fue como le atrajo su portada de cuero negro y letras esmeralda; y sintió la curiosidad de caer entre sus páginas, fundiéndose en un abrazo de letras y palabras.
El mundo calló en silencio y solo importaba su argumento y su trama, de conflicto y resoluciones que la enamoraba con el paso de cada capítulo que contaba su historia.
¿Acaso existía un amor más puro entre sus ojos y la tinta que desprendía cada hoja? Solo él sentía el contacto de su saliva tras pasar los dedos por sus labios, en un beso platónico que desvelaba cada nueva página y él aumentaba las expectativas con cada nuevo párrafo de su historia.
Deseando que llegara el final y a su vez que la historia se alargara unos capítulos más, deseosa de conocer cómo terminaría todo y aún así acompañar a sus protagonistas unas horas más.
Solo quería perderse y evadirse entre seres que nunca conoció y qué tal vez, nunca existieron, pero ahí estaba ella, conectando con unos desconocidos a través de la palabra de alguien que nunca conoció, pero esos momentos no se los arrebataría nadie, el momento en que llegó el final y cerró sus ojos para soñar.